martes, 7 de agosto de 2012

Satanismo


Rev. Luis M. Ortiz
El hombre tiene una insaciable curiosidad por saber el futuro. También quiere ser como Dios. Aun cuando no puede resolver los problemas que tiene en el presente, se preocupa y se recarga por saber los problemas y los eventos del futuro. Esto dio origen a las tantas religiones del mundo antiguo. Y aprovechando Satanás esa curiosidad del hombre por saber lo desconocido, hoy día hay un avivamiento del ocultismo, o ciencias ocultas y todas sus variantes.
En el Evangelio según San Mateo, capítulo cuatro, versículos del uno al once, leemos: "Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían."
 
En el Evangelio según San Mateo, capítulo cuatro, versículos del uno al once, leemos: “Entonces Jesús fue lleva­do por el Espíritu al desierto, para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches, tuvo ham­bre. Y vino a él el tentador, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se convier­tan en pan. El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles mandará acerca de ti, y en sus manos te sostendrán, para que no tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está también: No tentarás al Señor tu Dios. Otra vez le llevó el diablo a un monte muy alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a él sólo servirás. El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron ángeles y le servían.”
 
En pasadas publicaciones de nuestra re­vista, “Impacto Evangelístico”, hemos tratado sobre algunas enseñanzas erróneas, las cuales el Espíritu Santo señala su origen y proceden­cia como “espíritus de error y doctrina de de­monios”.
 
A través de estas falsas doctrinas de ori­gen demoníaco, el diablo procura engañar y corromper a la gente, y también, aunque in­directamente, procura ser reconocido y hasta adorado.
 
Pero en estos versículos leídos que tratan sobre la tentación de Jesús en el desierto, el diablo procura abiertamente ser adorado, cuando dice: “Todo esto te daré, si postrado me adorares.”
 
De hecho, esa fue la causa de su caída, el de­seo de ser igual a Dios, para recibir adoración.
 
En el capítulo catorce del libro del profeta Isaías se registran cinco declaraciones de Lu­cifer en su rebelión. En la versión en inglés se destaca el pronombre personal, YO. Y dice: “Yo subiré al cielo… Yo levantaré mi trono… Yo me sentaré… Yo subiré sobre las alturas… Yo seré se­mejante al Altísimo…”
 
Por cada una de estas arrogantes declara­ciones, al juzgarle y despeñarle, Dios le con­testa de la siguiente manera: “Te eché del monte de Dios… te arrojé de entre las piedras de fuego… te arrojé por tierra… saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió… te puse en ceniza sobre la tierra…” (Ezequiel 28:16-19).
 
Satanás no ha cambiado su propósito ni su deseo de ser adorado. Y sabiendo él que sus días están contados, cuando al fin será lanzado al lago de fuego y azufre por toda la eternidad, se empeña febrilmente en obte­ner servicio y adoración de todo aquel que pueda.
 
El hombre tiene una insaciable curiosidad por saber el futuro. También quiere ser como Dios. Aun cuando no puede resolver los pro­blemas que tiene en el presente, se preocupa y se recarga por saber los problemas y los even­tos del futuro. Esto dio origen a las tantas re­ligiones del mundo antiguo. Y aprovechando Satanás esa curiosidad del hombre por saber lo desconocido, hoy día, también en el mundo occidental, por obra de Satanás, hay un avi­vamiento del ocultismo, o ciencias ocultas y todas sus variantes, que no son otra cosa que las muchas y variadas maneras como Satanás busca ser adorado, o sea, el SATANISMO.
 
Por eso hoy, en muchas ciudades del mun­do occidental hay grupos de personas que se reúnen para adorar a Satanás.
 
En Louisville, Kentucky, los participantes se reúnen en un sótano. En el altar hay corti­nas negras. El emblema es un enorme tenedor. Hay también la figura de un cabro. Se oye la voz de uno de ellos que dice: “Satanás, tú has visto bien conceder tu sacerdocio aquí en la tierra, la deificación de la raza humana” (aquí se menciona a uno de los presentes).
 
En Oakland, California, cuando la luna está llena, un grupo de personas con preparación académica, se reúnen, se desnudan y danzan bailes de brujería.
 
En Chicago, Illinois, otro grupo se reúne semanalmente en el templo del Camino Paga­no, para recibir instrucciones en brujería y en magia.
 
En San francisco, California, Anton Szan­dor LaVey, un antiguo peón de circo, fue inducido por Satanás para fundar la prime­ra iglesia de Satanás, la cual promueve y se deleita en el sexo, venganza, y toda clase de pecado, y cuyo altar mayor es una mesa so­bre la cual está una mujer completamente desnuda.
 
La “Iglesia del Proceso del Juicio Final” tiene a Satanás como su divinidad. Las bolas de cristal están en su apogeo. La astrología florece. Las librerías que venden libros de ma­gia y de ocultismo hacen su agosto. Las car­tas, la lectura de las palmas de las manos, la numerología, la adivinación, la hechicería, la consulta a los muertos, que realmente es a los demonios, aun los falsos mensajes en profecía todo esto está a la orden del día, y todo esto por el espíritu de rebelión del hombre contra Dios. El mensaje del Evangelio de nuestro Se­ñor Jesucristo es sumisión a Dios; pero en el ocultismo, que es Satanismo, el motivo que predomina es desear hacer lo que se quiere, hacer su propia voluntad y su capricho.
 
Y tal es el Avivamiento del ocultismo, que hoy día vemos a través de los canales de tele­visión de EE.UU., Puerto Rico y otros países los modernos brujos y practicantes del ocul­tismo (los llamados psíquicos) ofreciendo sus satánicos servicios.
 
Hace mucho tiempo recibí una carta desde la ciudad de Nueva York, y el firmante, que también reclama ser Cristo, dice: “Ya yo regre­sé a la tierra hace muchos años. La profecía está cumplida. Yo soy el que habría de venir, y ya he venido desde el 28 de noviembre de 1931. Yo soy el Rey de reyes y el Señor de señores.”
 
A mis manos llegó un folleto intitulado, “Gobierno Celestial; profecía para todas las naciones”. Sobre este mismo folleto, “Gobier­no Celestial…”, han aparecido anuncios en la prensa diaria. Otro más que se autoproclama, Juez y Profeta del Gobierno Celestial. Nos dice este mismo profeta criollo que hay otra Biblia celestial que la tiene el Gobierno Federal de Estados Unidos de América; que Satanás está atado desde el 1955 en un valle de Texas, Es­tados Unidos, y que Jesucristo vendrá en una llanura de Vega Baja, Puerto Rico. ¡Y no faltan quienes crean tales barbaridades!
 
¡Pero qué muchos Cristos han apareci­do! He conocido personalmente a varios de ellos, y cada cual reclama ser el verdadero.
 
Pero el verdadero Cristo de la Biblia nos advirtió sobre esto, y nos dijo: “Vendrán mu­chos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y a muchos engañarán” (Mateo 24:5).
 
También el apóstol Juan nos amonesta so­bre esto mismo y nos dice: “Hijitos, ya es el últi­mo tiempo; y según vosotros oísteis que el anticris­to viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto conocemos que es el último tiempo.” (1 Juan 2:18).
 
Amigos míos, y el ocultismo o Satanismo con todas sus ramificaciones, tendrá su apogeo y culminación después que la Iglesia de Jesu­cristo sea levantada al cielo y aparezca el Anti­cristo, que será el mesías satánico, y a través del cual Satanás recibirá completo reconocimiento y adoración en el mundo, que ha sido su loca pasión. Pero la fiesta le durará poco, solamente siete años, pues entonces tendrá ocasión la Se­gunda Venida de nuestro Señor Jesucristo a este mundo. Dice la Biblia: “Pero con respecto a la veni­da de nuestro Señor Jesucristo, y nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os contur­béis, ni por espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna manera; por­que no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición (el Anticristo), el cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios, haciéndo­se pasar por Dios. ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía con vosotros, os decía esto? Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene, a fin de que a su debido tiempo se manifieste. Porque ya está en ac­ción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y prodigios mentirosos, y con todo enga­ño de iniquidad para los que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino que se com­placieron en la injusticia.” (2 Tesalonicenses 2:1-12).
 
Amados, es muy triste que uno que nunca ha conocido el Evangelio de Jesucristo se con­dene y se pierda por seguir todas esas menti­ras y engaños de Satanás; pero es mucho más triste y doloroso que personas que conocen el Evangelio y que son miembros de iglesias y hasta predicadores, se condenen y se pierdan por apartar su oído de la verdad de la Palabra de Dios, para ponerla en estas simulaciones, imitaciones, falacias, ocultismo y Satanismo, lo cual Dios abomina.
 
Dice en Deuteronomio 18:10-12, y leemos: “No sea hallado en ti quien haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Por­que es abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti.”
 
Y en Apocalipsis 21:8, leemos: “Pero los co­bardes e incrédulos, los abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y azufre, que es la muerte segunda.”
 
Amados, lo único que puede contrarrestar, detener y aplastar este avivamiento de ocultismo y satanismo actual, es un poderoso de­rramamiento del Espíritu Santo con los dones milagrosos con operación.
 
¡Y esto está a disposición de la Iglesia de Jesucristo!
 
Si amados, que descienda el fuego del Es­píritu Santo y consuma las prácticas de los Si­món el mago, de los Barjesús, de los agoreros, de los adivinos, de los astrólogos, de los psí­quicos, y de todos los que propagan herejías, enseñanzas y prácticas antibíblicas.
 
Amigo, si has estado engañado en estas cosas, hoy es el día de salir de las tinieblas y venir a la luz gloriosa que es Cristo Jesús.
 
Hermano, si has sido seducido en algu­na de estas cosas, sé libre en estos momen­tos. En Juan 8:32 hallamos que Jesús dijo: “Y conoceréis la verdad, y la verdad os hará li­bres”. Amén

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