Rev. Luis M. Ortiz
El hombre tiene una insaciable curiosidad por saber el futuro. También
quiere ser como Dios. Aun cuando no puede resolver los problemas que
tiene en el presente, se preocupa y se recarga por saber los problemas y
los eventos del futuro. Esto dio origen a las tantas religiones del
mundo antiguo. Y aprovechando Satanás esa curiosidad del hombre por
saber lo desconocido, hoy día hay un avivamiento del ocultismo, o
ciencias ocultas y todas sus variantes.
En el Evangelio según San Mateo, capítulo cuatro, versículos del uno al
once, leemos: "Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto,
para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días
y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a él el tentador, y le dijo: Si
eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan. El
respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino de
toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le llevó a
la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le dijo: Si
eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus ángeles
mandará acerca de ti, y en sus manos te sostendrán, para que no
tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está también: No
tentarás al Señor tu Dios. Otra vez le llevó el diablo a un monte muy
alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le
dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le
dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a
él sólo servirás. El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron
ángeles y le servían."
En el Evangelio según San Mateo, capítulo cuatro, versículos del uno al
once, leemos: “Entonces Jesús fue llevado por el Espíritu al desierto,
para ser tentado por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta
días y cuarenta noches, tuvo hambre. Y vino a él el tentador, y le
dijo: Si eres Hijo de Dios, di que estas piedras se conviertan en pan.
El respondió y dijo: Escrito está: No sólo de pan vivirá el hombre, sino
de toda palabra que sale de la boca de Dios. Entonces el diablo le
llevó a la santa ciudad, y le puso sobre el pináculo del templo, y le
dijo: Si eres Hijo de Dios, échate abajo; porque escrito está: A sus
ángeles mandará acerca de ti, y en sus manos te sostendrán, para que no
tropieces con tu pie en piedra. Jesús le dijo: Escrito está también: No
tentarás al Señor tu Dios. Otra vez le llevó el diablo a un monte muy
alto, y le mostró todos los reinos del mundo y la gloria de ellos, y le
dijo: Todo esto te daré, si postrado me adorares. Entonces Jesús le
dijo: Vete, Satanás, porque escrito está: Al Señor tu Dios adorarás, y a
él sólo servirás. El diablo entonces le dejó; y he aquí vinieron
ángeles y le servían.”
En pasadas publicaciones de nuestra revista, “Impacto Evangelístico”,
hemos tratado sobre algunas enseñanzas erróneas, las cuales el Espíritu
Santo señala su origen y procedencia como “espíritus de error y
doctrina de demonios”.
A través de estas falsas doctrinas de origen demoníaco, el diablo
procura engañar y corromper a la gente, y también, aunque
indirectamente, procura ser reconocido y hasta adorado.
Pero en estos versículos leídos que tratan sobre la tentación de Jesús
en el desierto, el diablo procura abiertamente ser adorado, cuando dice:
“Todo esto te daré, si postrado me adorares.”
De hecho, esa fue la causa de su caída, el deseo de ser igual a Dios, para recibir adoración.
En el capítulo catorce del libro del profeta Isaías se registran cinco
declaraciones de Lucifer en su rebelión. En la versión en inglés se
destaca el pronombre personal, YO. Y dice: “Yo subiré al cielo… Yo
levantaré mi trono… Yo me sentaré… Yo subiré sobre las alturas… Yo seré
semejante al Altísimo…”
Por cada una de estas arrogantes declaraciones, al juzgarle y
despeñarle, Dios le contesta de la siguiente manera: “Te eché del monte
de Dios… te arrojé de entre las piedras de fuego… te arrojé por tierra…
saqué fuego de en medio de ti, el cual te consumió… te puse en ceniza
sobre la tierra…” (Ezequiel 28:16-19).
Satanás no ha cambiado su propósito ni su deseo de ser adorado. Y
sabiendo él que sus días están contados, cuando al fin será lanzado al
lago de fuego y azufre por toda la eternidad, se empeña febrilmente en
obtener servicio y adoración de todo aquel que pueda.
El hombre tiene una insaciable curiosidad por saber el futuro. También
quiere ser como Dios. Aun cuando no puede resolver los problemas que
tiene en el presente, se preocupa y se recarga por saber los problemas y
los eventos del futuro. Esto dio origen a las tantas religiones del
mundo antiguo. Y aprovechando Satanás esa curiosidad del hombre por
saber lo desconocido, hoy día, también en el mundo occidental, por obra
de Satanás, hay un avivamiento del ocultismo, o ciencias ocultas y
todas sus variantes, que no son otra cosa que las muchas y variadas
maneras como Satanás busca ser adorado, o sea, el SATANISMO.
Por eso hoy, en muchas ciudades del mundo occidental hay grupos de personas que se reúnen para adorar a Satanás.
En Louisville, Kentucky, los participantes se reúnen en un sótano. En
el altar hay cortinas negras. El emblema es un enorme tenedor. Hay
también la figura de un cabro. Se oye la voz de uno de ellos que dice:
“Satanás, tú has visto bien conceder tu sacerdocio aquí en la tierra, la
deificación de la raza humana” (aquí se menciona a uno de los
presentes).
En Oakland, California, cuando la luna está llena, un grupo de personas
con preparación académica, se reúnen, se desnudan y danzan bailes de
brujería.
En Chicago, Illinois, otro grupo se reúne semanalmente en el templo del
Camino Pagano, para recibir instrucciones en brujería y en magia.
En San francisco, California, Anton Szandor LaVey, un antiguo peón de
circo, fue inducido por Satanás para fundar la primera iglesia de
Satanás, la cual promueve y se deleita en el sexo, venganza, y toda
clase de pecado, y cuyo altar mayor es una mesa sobre la cual está una
mujer completamente desnuda.
La “Iglesia del Proceso del Juicio Final” tiene a Satanás como su
divinidad. Las bolas de cristal están en su apogeo. La astrología
florece. Las librerías que venden libros de magia y de ocultismo hacen
su agosto. Las cartas, la lectura de las palmas de las manos, la
numerología, la adivinación, la hechicería, la consulta a los muertos,
que realmente es a los demonios, aun los falsos mensajes en profecía
todo esto está a la orden del día, y todo esto por el espíritu de
rebelión del hombre contra Dios. El mensaje del Evangelio de nuestro
Señor Jesucristo es sumisión a Dios; pero en el ocultismo, que es
Satanismo, el motivo que predomina es desear hacer lo que se quiere,
hacer su propia voluntad y su capricho.
Y tal es el Avivamiento del ocultismo, que hoy día vemos a través de
los canales de televisión de EE.UU., Puerto Rico y otros países los
modernos brujos y practicantes del ocultismo (los llamados psíquicos)
ofreciendo sus satánicos servicios.
Hace mucho tiempo recibí una carta desde la ciudad de Nueva York, y el
firmante, que también reclama ser Cristo, dice: “Ya yo regresé a la
tierra hace muchos años. La profecía está cumplida. Yo soy el que habría
de venir, y ya he venido desde el 28 de noviembre de 1931. Yo soy el
Rey de reyes y el Señor de señores.”
A mis manos llegó un folleto intitulado, “Gobierno Celestial; profecía
para todas las naciones”. Sobre este mismo folleto, “Gobierno
Celestial…”, han aparecido anuncios en la prensa diaria. Otro más que se
autoproclama, Juez y Profeta del Gobierno Celestial. Nos dice este
mismo profeta criollo que hay otra Biblia celestial que la tiene el
Gobierno Federal de Estados Unidos de América; que Satanás está atado
desde el 1955 en un valle de Texas, Estados Unidos, y que Jesucristo
vendrá en una llanura de Vega Baja, Puerto Rico. ¡Y no faltan quienes
crean tales barbaridades!
¡Pero qué muchos Cristos han aparecido! He conocido personalmente a varios de ellos, y cada cual reclama ser el verdadero.
Pero el verdadero Cristo de la Biblia nos advirtió sobre esto, y nos
dijo: “Vendrán muchos en mi nombre, diciendo: Yo soy el Cristo, y a
muchos engañarán” (Mateo 24:5).
También el apóstol Juan nos amonesta sobre esto mismo y nos dice:
“Hijitos, ya es el último tiempo; y según vosotros oísteis que el
anticristo viene, así ahora han surgido muchos anticristos; por esto
conocemos que es el último tiempo.” (1 Juan 2:18).
Amigos míos, y el ocultismo o Satanismo con todas sus ramificaciones,
tendrá su apogeo y culminación después que la Iglesia de Jesucristo sea
levantada al cielo y aparezca el Anticristo, que será el mesías
satánico, y a través del cual Satanás recibirá completo reconocimiento y
adoración en el mundo, que ha sido su loca pasión. Pero la fiesta le
durará poco, solamente siete años, pues entonces tendrá ocasión la
Segunda Venida de nuestro Señor Jesucristo a este mundo. Dice la
Biblia: “Pero con respecto a la venida de nuestro Señor Jesucristo, y
nuestra reunión con él, os rogamos, hermanos, que no os dejéis mover
fácilmente de vuestro modo de pensar, ni os conturbéis, ni por
espíritu, ni por palabra, ni por carta como si fuera nuestra, en el
sentido de que el día del Señor está cerca. Nadie os engañe en ninguna
manera; porque no vendrá sin que antes venga la apostasía, y se
manifieste el hombre de pecado, el hijo de perdición (el Anticristo), el
cual se opone y se levanta contra todo lo que se llama Dios o es objeto
de culto; tanto que se sienta en el templo de Dios como Dios,
haciéndose pasar por Dios. ¿No os acordáis que cuando yo estaba todavía
con vosotros, os decía esto? Y ahora vosotros sabéis lo que lo detiene,
a fin de que a su debido tiempo se manifieste. Porque ya está en
acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay quien al presente lo
detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en medio. Y entonces se
manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará con el espíritu de su
boca, y destruirá con el resplandor de su venida; inicuo cuyo
advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y señales y
prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los que se
pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser salvos.
Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la mentira, a
fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la verdad, sino
que se complacieron en la injusticia.” (2 Tesalonicenses 2:1-12).
Amados, es muy triste que uno que nunca ha conocido el Evangelio de
Jesucristo se condene y se pierda por seguir todas esas mentiras y
engaños de Satanás; pero es mucho más triste y doloroso que personas que
conocen el Evangelio y que son miembros de iglesias y hasta
predicadores, se condenen y se pierdan por apartar su oído de la verdad
de la Palabra de Dios, para ponerla en estas simulaciones, imitaciones,
falacias, ocultismo y Satanismo, lo cual Dios abomina.
Dice en Deuteronomio 18:10-12, y leemos: “No sea hallado en ti quien
haga pasar a su hijo o a su hija por el fuego, ni quien practique
adivinación, ni agorero, ni sortílego, ni hechicero, ni encantador, ni
adivino, ni mago, ni quien consulte a los muertos. Porque es
abominación para con Jehová cualquiera que hace estas cosas, y por estas
abominaciones Jehová tu Dios echa estas naciones de delante de ti.”
Y en Apocalipsis 21:8, leemos: “Pero los cobardes e incrédulos, los
abominables y homicidas, los fornicarios y hechiceros, los idólatras y
todos los mentirosos tendrán su parte en el lago que arde con fuego y
azufre, que es la muerte segunda.”
Amados, lo único que puede contrarrestar, detener y aplastar este
avivamiento de ocultismo y satanismo actual, es un poderoso
derramamiento del Espíritu Santo con los dones milagrosos con
operación.
¡Y esto está a disposición de la Iglesia de Jesucristo!
Si amados, que descienda el fuego del Espíritu Santo y consuma las
prácticas de los Simón el mago, de los Barjesús, de los agoreros, de
los adivinos, de los astrólogos, de los psíquicos, y de todos los que
propagan herejías, enseñanzas y prácticas antibíblicas.
Amigo, si has estado engañado en estas cosas, hoy es el día de salir de
las tinieblas y venir a la luz gloriosa que es Cristo Jesús.
Hermano, si has sido seducido en alguna de estas cosas, sé libre en
estos momentos. En Juan 8:32 hallamos que Jesús dijo: “Y conoceréis la
verdad, y la verdad os hará libres”. Amén
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