lunes, 6 de agosto de 2012

La voz de todas las voces


Acaba de cumplir 103 años, en febrero pasado, y mantiene vigencia como uno de los principales cantantes cristianos. George Beverly Shea consolidó su celebridad al musicalizar el himno "Prefiero mi Cristo" y grabar más de setenta álbumes.
Centenario, como un roble, George Beverly Shea es el representante indiscutible de la música cristiana contemporánea. Un curtido artista con más de setenta álbumes en su historial, un cantante prodigioso que hace ochenta años concita la atención de medio mundo con su emocionante composición musical llamada "Prefiero mi Cristo". Hit cristiano inacabable, la canción se funde junto a Shea en una perfecta aleación que reluce sobre el pináculo de una creativa y prolífica historia dedicada al Señor.

Nacido el 1 de febrero de 1909, Shea inició su relación musical con el Señor desde que llegó al mundo. Criado en el seno de una familia cristiana de Ontario, Canadá, Bev, como lo llamaban en casa, empezó a cantarle a Jesucristo con apenas cinco años de vida por influencia de su padre, el Rev. Adam J. Shea, y principalmente por el influjo de su madre Maude Whitney Shea. Sin embargo, camino a la adolescencia se alejó de la senda del Creador y dejó de lado por un tiempo sus convicciones evangélicas.

Dueño de una potente y resonante voz de barítono, George Beverly reconoció a Jesús como su salvador recién a la edad de 18 años. Fue un momento especial en su existencia que lo terminó de introducir dentro del pueblo de Dios. Según su propia versión, narrada infinidad de veces, sucedió cuando su padre dirigía un templo en la ciudad de Otawa y una noche le dijo: "hijo creo que esta noche puede ser la noche en la que tú vuelvas al Señor". Entonces, Shea dice que cualquier cosa que haya dicho o hecho su padre, al final, determinó que "esa fuera la noche".

LA POPULARIDAD

Shea asistió al Annesley College, en Ottawa, antes de ingresar en 1928 a la universidad de Houghton, en Nueva York, donde estudió canto con Herman Baker. Empero, allí, en uno de los principales centros mundiales de comercio y finanzas, las dificultades financieras lo obligaron un años más tarde a abandonar los estudios y trabajar en una oficina de seguros para poder subsistir. Al mismo tiempo, y para continuar unido al Todopoderoso, prosiguió su entrenamiento vocal de forma individual y cantó para diversas emisoras radiales cristianas.

En esas circunstancias, cuando la incertidumbre lo asaltaba constantemente, George Beverly recibió en 1932 la visita de su progenitora quien le llevó de regalo un poema escrito por Rhea F. Miller. La poesía, dedicada por completo a Cristo, llamó la atención de Shea que de inmediato se sentó frente a su piano y creó una imponente melodía. Acto seguido, Maude Whitney Shea, con lágrimas en los ojos, lo abrazó y marcó el inicio de un suceso musical que lleva ochenta años emocionando y estremeciendo al mundo evangélico.

UN TESTIMONIO VIVO

El 16 de Junio de 1934, con una prometedora carrera dentro del ambiente musical cristiano, Bev contrajo matrimonio con Eram Scharfe de quien había estado enamorado desde su adolescencia. Juntos tuvieron dos hijos: Ronnie y Elaine. Tiempo después, en 1939, Shea acompañado por su familia se mudó a Chicago donde logró una posición en el personal de la estación radial WMBI. Posteriormente, el 14 de Junio de 1944, materializa su sueño de cantar en el programa radial de música "gospel" Club Time, y conduce su propio programa radial con miles de oyentes cada semana.

Un reconocido predicador norteamericano, lo convocó en 1947 para cantar en el inicio de sus reconocidas campañas evangelísticas y terminó de direccionar el destino de fe y música que Jesús le había reservado. "Eso fue en noviembre de 1947…" detalló Shea en 1965 antes de cantar "Prefiero mi Cristo" durante un evento. Ya para entonces George se había consolidado como uno de los cantantes del género "gospel" más renombrado de Estados Unidos y del mundo entero.

George Beverly Shea, según el libro Guin­ness de los récords, tiene el récord mundial por cantar en persona a la mayor cantidad de gente del planeta, con un estimado de au­diencia acumulada en vivo de 220 millones de personas. Incluido en 1978 el “Salón de la Fama de Música Gospel” de la “Asociación de Música Gospel”, sigue prolongando día a día una gran historia en la que su voz se hizo y se hace escuchar a través de todos los medios de comunicación de la era moderna. Con dos doctorados a cuestas, uno en bellas artes y otro en música sacra, Bev es una leyenda viva del cristianismo.


Prefiero mi Cristo

Prefiero mi Cristo al vano oropel;
prefiero su gracia a riquezas sin fin,
A casas y tierras prefiérole a él;
será de mi alma fuerte paladín.

Antes que ser rey de cualquier nación
y en pecado gobernar,
prefiero a mi Cristo, sublime don
cual el mundo no ha de dar.

No quiero el aplauso del mundo falaz;
prefiero en las filas de Cristo servir.
La fama del mundo es liviana y fugaz;
prefiero por siempre a Jesús seguir

Más bello que el lirio en su niveo blancor,
mi Cristo es más dulce aun que la miel.
Su paz a mi alma dará el Señor;
yo quiero que Cristo me conserve fiel.

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