lunes, 24 de septiembre de 2012

El Arca de Noé


Como fue en los días de Noé, así también será en los días del Hijo del Hombre. Comían, bebían, se casaban y se daban en casamiento, hasta el día en que entró Noé en el arca, y vino el diluvio y los destruyó a todos. – Lucas 17:26-27.
 
El relato del diluvio ha provocado muchas preguntas en los incrédulos. El arca construida por Noé ha sido objeto de burla a través de los tiempos. Ya sus contemporáneos sin duda no dejaron de burlarse de él cuando comenzó a construir, por orden divina, ese enorme barco en las llanuras de Mesopotamia. El diluvio hizo que todos pereciesen en su impiedad e incredulidad.
 
Satanás no ha dejado de sembrar la duda en cuanto a los grandes hechos que la Biblia relata, particularmente aquellos que conciernen el juicio de Dios contra los hombres pecadores. ¡Cuántos incrédulos se han burlado de lo que Dios presenta como solemnes advertencias para que el alma convencida de pecado se arrepienta y se vuelva al Dios justo y Salvador!
 
Dios ordenó; Noé creyó su palabra y obedeció con confianza y fe.
 
Llegó el día en que entró en el arca. Y cuando Dios hubo cerrado la puerta, comenzó a llover: “Las cataratas de los cielos fueron abiertas” (Génesis 7:11). Durante años la justicia divina había sido predicada. El Dios justo y santo había anunciado la destrucción del mundo antiguo, después de haber dado tiempo al hombre para arrepentirse. Aún hoy “es paciente para con nosotros, no queriendo que ninguno perezca, sino que todos procedan al arrepentimiento” (2 Pedro 3:9).
 
Fuente:amen-amen.net

lunes, 17 de septiembre de 2012

Protegidos por Dios


El versículo 4 del Salmo 91 añade: “Con sus plumas te cubrirá, y debajo de sus alas estarás seguro”. Las alas nos hablan de cobertura, de abrigo, de calor y de protección. ¿Habrá una cubierta en la tierra mejor que las alas del Señor? ¿Habrá otro lugar de refugio más seguro en este mundo? ¿Habrá otro abrigo donde nos sentiremos más importantes? Esta imagen bíblica resurge en el lamento sobre Jerusalén de nuestro Señor Jesucristo, que se entristeció al ver que los habitantes de la ciudad no se refugiaban bajo las alas de Dios: “¡Cuántas veces quise juntar a tus hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!” (Mateo 23:37). La protección divina está supeditada a que la deseemos, y sobre todo, a que permanezcamos debajo de ella.
Cuando algún animal quiere arrebatar a los polluelos, primero tiene que enfrentarse con la gallina que los protege, y sólo sobre su cadáver podrá tocarlos. Y asimismo, cuando nos mantenemos bajo las alas del Señor, el diablo tendrá que pasar por encima de Dios para poder alcanzarnos. ¿Dónde está, pues, aquel que podrá pasar por encima del Omnipotente? Ni en el cielo, ni en los aires, ni en la tierra, ni en el infierno hay alguien que sea capaz de arrebatarnos de las manos de Dios.
 
“Mis ovejas oyen mi voz, y yo las conozco, y me siguen, y yo les doy vida eterna; y no perecerán jamás, ni nadie los arrebatará de mi mano. Mi padre que me las dio, es mayor que todos, y nadie las puede arrebatar de la mano de mi Padre. Yo y el Padre uno somos” (Juan 10:27-30).
 
Su mano y su protección no se han cortado para con nosotros, y que nos concienciemos acerca de lo inconmensurable de su poder. Buscar la cobertura del Altísimo que es la cobertura más grande que podamos hallar en este mundo, no nos salgamos, pues, de ella jamás.

Cristo venció al que tenía el imperio de la muerte


Rev. Álvaro Garavito
Cristo despojó a las potestades, les quitó su autoridad y los venció, públicamente. Para que no quedara vestigio secreto ni dudas de quién había vencido, allí venció al diablo en aquella gran batalla del calvario.
“Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron”, Romanos 5:12. “Porque la paga del pecado es muerte, más la dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro”, Romanos 6:23.
 
En estos días el mundo se ha visto envuelto por lo que inicialmente se le conoció como la peste porcina. Esta plaga puso en jaque al mundo entero; gobiernos de todas partes de la tierra alertaron a la población a tomar medidas precautorias para no ser infectados por esta plaga. El miedo al posible contagio y a la muerte hizo que muchas empresas se fueran a la quiebra, vuelos aéreos fueron cancelados, centros de turismo quedaron desérticos, en fin una gran problemática.
 
La historia registra muchas plagas, muchos problemas destructivos, muchos desastres, muchas pandemias que han exterminado a millones de seres humanos. Cada vez que se habla de esto, se ponen los pelos de punta, la gente hace lo que sea para huir de un contagio o de una plaga como esta. La Palabra de Dios, es el libro más antiguo en conocimiento que haya existido en la tierra, el autor de este libro, el Dios creador del universo, del cielo y de la tierra, anunció una pandemia hace casi 4000 años atrás, la cual ha venido a ser la peor de todas que hayan podido destruir a millones de millones de hombres y mujeres, ancianos y niños, adolescentes y jóvenes de todas las edades y de todos los estatus sociales han caído presa de la pandemia más horrible y devastadora que se haya podido oír en la tierra, llamada “PECADO”.
 
Esa pandemia inició cuando nuestros primeros padres o habitantes de la tierra empezaron a poblar este planeta. Estas plagas han destruido parte de la humanidad, sabemos que vendrán plagas sobre la tierra que harán temblar el mundo y que nadie podrá descubrir el origen ni tampoco su curación; el planeta está amenazado a causa de la primera pandemia que se inició dentro de la raza humana. Esta plaga o estas plagas han tenido un origen, algunos hablan que se han originado entre las aves, otras plagas se han originado entre los cuadrúpedos, entre la raza porcina, pero hay una plaga también llamada el SIDA que se originó a través de una bestia, de un animal con el cual un hombre perverso y corrompido tuvo relaciones sexuales y de allí emanó y dependió el llamado SIDA que tiene sellado con la muerte a millones de personas.
 
La pandemia más devastadora que las otras es el PECADO.La Biblia dice: “Como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuantos todos pecaron”, Romanos 5:12. Esta plaga se inició producida por la bestia salvaje, horrible y abominable que hayamos oído en este mundo llamado la serpiente antigua, Satanás y el diablo, esa bestia salvaje entró allí al Edén con el virus que no ha habido médico, no ha habido ciencia, no ha habido mano de hombre que haya podido curar, ni sanar y mucho menos detener esa plaga. Esa bestia llamada diablo metió en la vida de los primeros habitantes del mundo, la semilla del virus del pecado y a medida que la población fue aumentando sobre la tierra, también el pecado se multiplicó.
 
Ese virus maligno está acabando con los principios, con la moral, y sus resultados son la prostitución, el adulterio, la fornicación, etc. Con este virus aparecieron los primeros pervertidos, los homosexuales, las lesbianas, los primeros hombres que se ayuntaban con las bestias, degenerados, inmorales, sucios, corrompidos, porque el virus de la maldad se había metido a su sangre, y esa plaga, la más terrible de las pandemias del mundo ha llevado a millones y millones al infierno eterno, porque han rechazado la Palabra de Dios y a Jesucristo el Hijo de Dios, Él es el único que puede sanar y salvar al hombre de esa plaga del pecado. El diablo emprendió en el mundo grandes empresas como son los expendios de droga, de alcohol, de licores, y todo lugar de degeneración, porque el hombre nace infectado por esta pandemia inmunda; la Palabra de Dios nos dice que “la paga del pecado es muerte” (Romanos 6:23).
 
En cierto país oímos una noticia espeluznante, que ya no hay espacio para meter más pandilleros, más ladrones, más criminales, las cárceles están atestadas y los gobiernos en lugar de promover la predicación del Evangelio, de facilitar y abrir puertas para que se predique a través de la radio, la televisión, se resisten, hasta se persigue el único antídoto que puede curar esta pandemia del mundo. Millones han sido presos, los reclusorios de personas con problemas mentales también están sobrepasando su capacidad, hay un aumento de maldad, mientras más se acerca el levantamiento de la Iglesia, más maldad habrá, más inmoralidad, más pornografía, más suciedad, pero “cuando el pecado abundó, sobreabundó la gracia”(Romanos 5:20). Y donde el diablo ha metido sus garras y su hocico, allí el Señor ha metido su mano para salvar, para libertar, para romper las cadenas del pecado y de la muerte.
 
Dice la Palabra de Dios que esto se trasmitió a todos los hombres, todo el que nace ya está infectado por el pecado, por eso ya hay personas de 6 o 7 años que son borrachos y drogadictos, y estamos llegando a un punto tan peligroso, tan delicado, tan insoportable en la tierra, que ya estamos viendo prostitutas de 7 u 8 años, estamos oyendo por los medios noticiosos, la prostitución infantil.
 
La ciencia ha aumentado y la Internet bien utilizada es una maravilla de Dios, pero a muchos, Satanás ha corrompido en sus propias habitaciones, les ha trasmitido el veneno de la corrupción, el veneno de la inmoralidad, el veneno de la prostitución, de la pornografía; lo triste, lo lamentable de esto no es solamente a los pecadores que no tienen a Cristo, lo lamentable de esto es que en esta avalancha de suciedad, que el mundo le está haciendo presión a lo moral, a lo limpio, a lo puro, hay una avalancha que va arrastrando los principios morales que quedan y muchos jóvenes, jovencitas y hasta damas y caballeros ya de edades, donde pudieran distinguir y rechazar estas cosas están cayendo en esas garras de la pornografía.
 
También hay tantas iglesias que en los cultos no pueden ni alabar, ni predicar, la gente va a dormirse allí, porque están atados por la pornografía, atados por las novelas, por películas corrompidas que han destruido la moral del hombre. Ese virus se apoderó del mundo y fue tomando tanta fuerza que se vino a convertir en “el imperio de la muerte” (Hebreos 2:14). Cristo vino a la tierra después de miles de años de haber creado al hombre, vino a buscar y a salvar lo que se había perdido, vino a enfrentársele, y para enfrentarlo tuvo que nacer como cualquier ser humano, tomar forma de hombre, hacerse hombre de carne y huesos y venir a vivir aquí como cualquiera de nosotros, excepto sin pecado, para enfrentar y vencer al que tenía el imperio de la muerte.
 
El Señor dice a través del profeta Ezequiel 18:23, leemos: “¿Quiero yo la muerte del impío? dice Jehová el Señor. ¿No vivirá, si se apartare de sus caminos?”; y en Ezequiel 18:32 nos dice: “Porque no quiero la muerte del que muere, dice Jehová el Señor, convertíos, pues, y viviréis”. El Señor profetizó a través del profeta Oseas, hablando del imperio de la muerte y dice: “De la mano del Seol los redimiré, los libraré de la muerte. Oh muerte, yo seré tu muerte; y seré tu destrucción, oh Seol; la compasión será escondida de mi vista”(Oseas 13:14). Antes de nacer el Mesías prometido, ya el profeta había recibido revelación de Dios, que la muerte sería destruida en las manos de aquel que vino a enfrentarse al imperio de la muerte. Y esto vino a cumplirse porque el escritor a los hebreos dice lo siguiente: “Así que, por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, Él (esto es Cristo) también participó de lo mismo, para destruir por medio de la muerte al que tenía el imperio de la muerte, esto es, al diablo”(Hebreos 2:14).
 
Cristo vino a la tierra, nació en un pesebre, donde habían asnos, bueyes, vacas, en medio del estiércol, abandonado, pobre, porque la Palabra dice que “por amor a vosotros se hizo pobre, siendo rico (Él se hizo pobre, pero con un propósito),para que vosotros con su pobreza fueseis enriquecidos”(2 Corintios 8:9). Nació como pobre, vivió como pobre, no tuvo donde recostar su cabeza, rehusó todo porque el vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.
 
Todos conocemos la historia, los que servimos a Cristo sabemos cómo fue su vida que siendo un niño de escaso un año y medio o dos años, ya las persecuciones de muerte estaban detrás de Él. Fue creciendo en medio de una batalla de incomprensión, de luchas, de desvelos, pagando un precio para poder dar el golpe certero allí en el calvario. Él tenía que pasar aquí en la tierra muchas noches de desvelo para ver la derrota de su adversario concretada, tenía que pasar noches, días de hambre, de sueños, de escasez, de persecuciones. Cristo fue creciendo, peleando esa batalla. La Biblia dice que en los montes pasaba las noches, muchas de esas noches fueron pasadas en los montes fríos, el sereno, picado de los moscos, de las hormigas, vivía una vida incómoda, una vida terrible, opuesta a todo lo que vivía la sociedad en su tiempo, pero sus ojos estaban puestos en el calvario para darle un certero golpe a su adversario, a su enemigo que lo había perseguido ya por más de 30 años.
 
“Por cuanto los hijos participaron de carne y sangre, Él también participó de lo mismo”; tuvo que venirse del cielo a nacer como hombre, habitar aquí como un ser humano con necesidades, a llorar, a reír aquí en la tierra consciente que tenía que pelear la más cruenta de las batallas para poder derrotar al que tenía “el Imperio de la muerte”, eso era pagar un precio para ver las cosas hechas.Ahora sabemos que para echar mano de la vida eterna y de la bendición hay que pelear una batalla fuerte en esta tierra.
 
Él se hizo hombre y tomó esa forma y participó de ese cuerpo, de esa carne, de esos huesos, de esa sangre para poder destruir por medio de la muerte, porque Él tenía que morir en la cruz del calvario, ese era su final, tenía que morir en la cruz del calvario para poder destruir con su muerte al que tenía “el imperio de la muerte”. Cuando llegó la noche anterior, esa noche terrible de agonía en el Getsemaní sus poros se reventaron por la presión que había de la batalla sin cuartel que tenía que enfrentarse, la sangre corrió en su agonía, de sus poros salían como grandes gotas de sangre. Cuando llegó la hora, se enfrentó a los enemigos, lo llevaron a la cárcel y allí fue juzgado para luego posteriormente pasar a aceptar la muerte de cruz que estaba esperando porque allí se iba a pelear esta gran victoria, ¡la batalla la tenía ganada!
 
Allí en la cruz Cristo se enfrentó en el madero contra principados, contra potestades, contra gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes; allí estaban esperando golpear su cabeza. “Y despojando a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la cruz”, Colosenses 2:15. Cristo despojó a las potestades, a los gobernadores, les quitó su autoridad; los despojó, los derrotó y los venció, públicamente, ¡públicamente! Para que no quedara vestigio secreto, que no quedaran dudas de quién había vencido, allí venció la muerte, allí venció al diablo en aquella gran batalla del calvario, venció al que tenía el Imperio de la muerte, fue vencido; y esa sangre preciosa que salía de su cuerpo mientras moría, esa sangre se convirtió en una fuente carmesí que limpia el pecado del hombre.
 
¡Cristo derramó su sangre! Y esa sangre desde aquel día hasta ahora, sigue limpiando. Él fue llevado a la tumba después de morir, ya había vencido al que tenía el imperio, pero le faltaba vencer la muerte y allí fue a la tumba. Al tercer día resucitó de los muertos, la muerte no lo pudo retener, la tierra tembló, las piedras se sacudieron, se levantó aquel que venció por la eternidad de la eternidad. ¡Cristo es el vencedor! ¡Cristo venció la muerte, Cristo venció al diablo! ¡Venció al que tenía el imperio de la muerte! ¡Lo derrotó! ¡Él venció! Y llevó en su cuerpo las enfermedades, y creemos en ese Cristo que resucitó de los muertos, si creemos en aquel que venció al diablo y a la muerte.
 
Amigo, usted está atado porque quiere, es presa del alcohol porque quiere, es presa de la droga, de la prostitución, de la mentira, de la trampa, de la falsedad, de la hipocresía, de la hechicería, de los agoreros, de los brujos, pero Cristo nos dice: “Conviértase de sus malos caminos y vivirá”. Si usted cree en Él acéptelo como su Señor y Salvador personal. ¡Dios le bendiga!

No deje que Él pase de largo


Rev. Gustavo Martínez Garavito
“Y alzó sus ojos y miró, y he aquí tres varones que estaban junto a él; y cuando los vio, salió corriendo de la puerta de su tienda a recibirlos, y se postró en tierra, y dijo: Señor, si ahora he hallado gracia en tus ojos, te ruego que no pases de tu siervo.
Que se traiga ahora un poco de agua, y lavad vuestros pies; y recostaos debajo de un árbol, y traeré un bocado de pan, y sustentad vuestro corazón, y después pasaréis; pues por eso habéis pasado cerca de vuestro siervo. Y ellos dijeron: Haz así como has dicho.
 
Entonces Abraham fue de prisa a la tienda de Sara, y le dijo: Toma pronto tres medidas de flor de harina, y amasa y haz panes cocidos debajo del rescoldo.Y corrió Abraham a las vacas, y tomó un becerro tierno y bueno, y lo dio al criado, y éste se dio prisa a prepararlo.Tomó también mantequilla y leche, y el becerro que había preparado, y lo puso delante de ellos; y él se estuvo con ellos debajo del árbol, y comieron.Y le dijeron: ¿Dónde está Sara tu mujer? Y él respondió: Aquí en la tienda”. Génesis 18:2-9
 
El versículo 5 del pasaje leído dice: “Pues por eso habéis pasado cerca de vuestro siervo”. Abraham entendió que Dios había pasado cerca de su casa, para ser servido y demostrar su amor.
 
La Biblia dice: “Por la fe algunos, sin saberlo, hospedaron ángeles”. En la Biblia se enseña mucho con respecto a la hospitalidad; en muchos pasajes se menciona la importancia de ser hospedadores. El apóstol Juan, en su tercera carta, también le expresa ese afecto a un discípulo llamado Gayo: “Amado, fielmente te conduces cuando prestas algún servicio a los hermanos, especialmente a los desconocidos”.
 
ABRAHAM TENÍA UNA ESTRECHA COMUNIÓN CON DIOS, VIVÍA MUY CERCANO A LA PRESENCIA DEL SEÑOR, CONOCÍA E IDENTIFICABA CUANDO ÉL SE ACERCABA Y SIEMPRE MOSTRÓ UN ARDIENTE ANHELO, UN PROFUNDO DESEO POR LA PRESENCIA DE DIOS.
 
Si Abraham no hubiese sido un hombre espiritual, que anhelaba la presencia del Señor, dispuesto a atender,  adorar y expresar lo que había en su corazón, hubiera podido fingir que estaba dormido o confiar esta tarea a su mayordomo o alguno de sus siervos, porque contaba con trescientos dieciocho sirvientes; quizá pudo haber dado instrucciones para que nadie los atendiese, al fin y al cabo eran forasteros desconocidos; en otras palabras, tenía argumentos como para presentar una excusa y no servirles. Sin embargo, se levantó inmediatamente y salió corriendo a recibirle. Era un privilegio grande e inmerecido y Dios se lo concedió porque sabía que era diligente y estaba dispuesto a servir, a dejar lo que tuviera que hacer, para darle prioridad exclusiva a Dios.
 
En Juan 12:26, Jesús dijo: “Si alguno me sirve, sígame; y donde yo estuviere, allí también estará mi servidor. Si alguno me sirviere, mi Padre le honrará”.
 
Abraham fue constituido “servidor”; Dios honra al que le sirve, que decididamente se despoja de su vanidad, de su orgullo, de las comodidades, de todo lo que tiene, para rendirlo al Señor. Abraham se dio prisa, corrió a la tienda donde estaba su esposa y la involucró en el servicio, le dijo que amasara e hiciera panes, luego corrió donde estaba su ganado y cogió un becerro tierno y también hizo partícipe a su criado. Estos son los detalles que caracterizan a las personas espirituales; son sensibles, conocen al Señor y hacen partícipes de la bendición a otros.
 
Abraham involucró en el servicio al Señor a toda su casa. Les trasmitió la visión, hizo que dispusiesen su corazón para servir. En 2 Timoteo 2:2, dice: “Esto encarga a hombre fieles, que sean idóneos para enseñar también a otros”. El cristiano debe transmitirle a los demás lo que ha recibido de parte de Dios, el propósito es dar a conocer la bendición, llegar a los necesitados y para eso se necesita “diligencia”, la Biblia recalca: “En lo que requiere diligencia no perezosos, sino fervientes en el espíritu, sirviendo al Señor”. La vida cristiana tiene que ser “activa”, Dios no quiere una iglesia nominal, religiosa, mundana, indiferente, tibia; ¡Él quiere una iglesia viva, comprometida, que sea luz en medio de las tinieblas!
 
ABRAHAM ERA SENSIBLE A DIOS, UN HOMBRE DILIGENTE, DE ADORACIÓN Y ENTREGA. POR ESO, CUANDO EL SEÑOR PASÓ CERCA, SALIÓ CORRIENDO A RECIBIRLE; MOSTRÓ INTERÉS DE QUE POSARA EN SU CASA. SOMOS UN PUEBLO QUE ANHELAMOS LA VISITACIÓN DEL CIELO. DONDE ESTÁ EL ESPÍRITU DE DIOS, HAY LIBERTAD.
 
En la Biblia encontramos personas que no dejaron que Dios pasara de largo. Cuando Jesús llegó al pozo de Jacob en la ciudad de Sicar, en Samaria, una mujer vino a sacar agua. Ella estaba necesitada de Dios y Jesús, hablándole, llegó a lo profundo de su corazón. Esta mujer necesitaba agua y se le concedió una “poderosa fuente de agua viva”; al instante, ella dejo el cántaro, fue a la ciudad y dijo: “Venid, ved a un hombre que me ha dicho todo cuanto he hecho. ¿No será éste el Cristo?” Y la gente salió corriendo, dejando todo, para ver a Jesús y Él se quedó con ellos dos días, enseñándoles la palabra y sanando a muchos. En otra ocasión, dos hombres ciegos se dieron cuenta que Jesús estaba cerca y se pusieron en el camino por donde iba a pasar; ellos no podían ver, pero escuchaban, sabían que pasaría por allí y se dijeron el uno al otro: “Viene una gran multitud, entre ellos está Jesús, quedémonos aquí hasta que Él pase, porque es la única manera en que nos puede sanar”. Al estar Jesús cerca de ellos, alzaron su voz y clamaron, diciendo: “¡Señor, Hijo de David, ten misericordia de nosotros!”. Al oírlos, Jesús no pasó de largo, se detuvo y los sanó.
 
Existen otro tipo de personas, como los habitantes de Gadara, que dejaron pasar de largo a Dios. Después que Jesús libertó a un hombre endemoniado, poseído por una legión de demonios, que nadie había podido controlar, no les importó; había operado un milagro, pero se preocuparon más por los cerdos y le pidieron que se fuera.
 
Existe gente que, cuando el Evangelio toca la puerta de sus vidas, dice: “A mí no me hable de esas cosas, váyase”; no quieren tener a Dios, lo desprecian.
 
La Biblia relata en Lucas 24:13-35, la actitud de dos discípulos que iban camino a una aldea llamada Emaús. Jesús, resucitado, se les apareció, pero al verle no le reconocieron, y fue platicando todo el camino. Cuando llegaron a la aldea, Jesús hizo como que iba más lejos, pero ellos le pidieron que se quedase, porque estaba oscureciendo. Tenían necesidad espiritual, se sentían solos, tenían miedo, por eso querían la compañía de este forastero, “mas ellos le obligaron quedarse, diciendo: Quédate con nosotros”(v. 29). Fue así que en el momento de partir el pan se dio a conocer a ellos. Entonces salieron corriendo a Jerusalén y decían: “Con razón ardía nuestro corazón cuando nos hablaba”. Es que la Palabra de Dios hace que el corazón se encienda, se llene gozo y alegría. ¿Qué hubiese sucedido si no se lo pedían encarecidamente? ¿Qué hubiese sido de ellos?, si Jesús hubiese visto indiferencia, quizá pasaba de largo; pero Él vio la necesidad y dijo: “No puedo pasar de largo, no puedo ser indiferente, tengo que quedarme aquí, para poderles revelar que no estoy muerto, he resucitado y vivo para siempre”
 
¿Qué hubiese sido de Abraham si el Señor pasaba de largo? ¿Su vida hubiese sido igual? No lo creo. Porque ese día, Dios le declaró el futuro: “De cierto volveré a ti; y según el tiempo de la vida, he aquí que Sara tu mujer tendrá un hijo”. Dios estaba revelando que el momento estaba cerca. Humanamente no era posible; Sara, su esposa, no estaba en condiciones de concebir. Era la oportunidad de Abraham para perpetuar su descendencia.
 
¡No deje que Él pase de largo, reténgalo! Dígale: ¡Señor, bendíceme, tócame, sáname, atiende mis suplicas y mi necesidad! Dios quiere oír su voz, su oración, Él quiere sanar su cuerpo y llenar su alma, ¡Levántese, como hizo Abraham y reciba a Dios en su corazón!
 
DIOS NO PASARÁ DE LARGO SI HAY UNA PERSONA NECESITADA, PORQUE ÉL NO DESPRECIA UN CORAZÓN CONTRITO Y HUMILLADO; ÉL QUIERE HOMBRES Y MUJERES ÍNTEGROS, QUE LE ADOREN EN ESPÍRITU Y EN VERDAD.

Efectos dañinos en los niños criados por homosexuales


El profesor Mark Regnerus de la Universidad de Texas-Austin, autor del “Estudio sobre nuevas estructuras familiares”, ha quedado libre de la acusación de “mala conducta científica” en esta investigación que muestra los efectos dañinos de las relaciones homosexuales en los niños, informa Protestante Digital.
Regnerus ha encontrado que los niños criados por padres homosexuales -especialmente en el caso de lesbianas- tienen mayores problemas sociales, emocionales y en las relaciones interpersonales que los niños educados en familias con matrimonios heterosexuales.
 
La Universidad de Texas-Austin llevó a cabo una investigación oficial después de que el bloguero Rosensweig Scott (“Scott Rose”) acusara a Regnerus de mala conducta científica en el estudio y en la forma en que los resultados fueron reportados en un artículo científico.
 
“Estar en desacuerdo con las conclusiones de un estudio no es motivo de acusaciones de mala conducta científica, por lo tanto, no estamos sorprendidos de que esas acusaciones resultaron infundadas” expresó Hacker David, asesor jurídico de Freedom Alliance Defensa (ADF).
 
El memorando dado a conocer por la alta casa de estudios expresa que luego de considerar los resultados de la investigación han llegado a la conclusión de que “el profesor Regnerus no cometió mala conducta científica en el diseño, ejecución y presentación de informes investigación, cuyas conclusiones fueron publicadas como un artículo”.
 
“Ninguna de las acusaciones de mala conducta científica planteada por el Sr. Rose estaba apoyada en los datos físicos, materiales escritos, o por información obtenida en las entrevistas. Varias de las denuncias fueron más allá del ámbito de la investigación” señala el documento.
 
El “Estudio sobre nuevas estructuras familiares” sugiere que existen diferencias en los resultados para los adultos jóvenes criados con experiencias familiares diferentes. El memorando dice que Rosensweig “infiere que hubo mala conducta científica. Sin embargo, no hay evidencia que apoye esta afirmación”.
 
Fuente:senaldevida.com

El Capitán Frío


Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Apocalipsis 2:4 Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Seguramente recuerdas, al igual que yo, a este curioso personaje, que podíamos verlo en la serie de Batman, se trataba de un villano malvado, que tenía un insólito problema que le impedía vivir a las temperaturas normales del ambiente, por lo cual necesitaba mantenerse en un clima muy frío contando para esto, con un traje especial que le permitía superar esta anomalía. Su arma de ataque era congelar, lograr que otros se sientan tan fríos e infelices como él.

 
Pensando en esto y aunque se trata de una serie televisiva, vemos que las armas que atacan actualmente a un creyente no son muy diferentes.

 
Cuantas veces vemos personas entusiastas, en todas las áreas de la vida, tienen proyectos, sueñan, pero al tiempo algo los desanimó y los vemos postergando sus sueños y sin esperanza.
 
Una pareja de jóvenes comienza una relación de noviazgo, se los ve muy bien, muy enamorados, pero tal vez al poco tiempo ya no se sienten como al principio, lo que antes veían como una característica simpática en el otro, ahora les molesta y se vuelve insoportable. Lo explican diciendo, se enfrió el amor.

 
También nos encontramos con otros, muy activos en la iglesia, que se anotan en cuanto proyecto existe, los vemos entusiastas, queriendo hacer cosas nuevas, bien involucrados, sin embargo un tiempo después los vemos desanimados, dudando y sin ganas de seguir.

 
¿Qué pasó, por que cambiaron tanto? Los atacó el capitán frío, pero no el de Batman. Una de los dificultades mas frecuentes con la que tenemos que batallar, es las de evitar el enfriamiento espiritual. Nos enfriamos cuando:

 
- Perdemos la fe, por los golpes y circunstancias de la vida.
- Queremos seguir a Dios, pero al mismo tiempo nos permitimos hacer cosas que nos gustan, aún sabiendo que no le agradan a Dios.
- Comenzamos a ver defectos en las autoridades y miembros de las iglesias, considerando que si nos escucharan a nosotros las cosas saldrían mejor.
- Criticamos, murmuramos, hablamos de todos y muchas veces sin la menor piedad.
- La oración dejó de ser una prioridad y la remplazamos por otras cosas o actividades, que nos distraen quitando nuestro tiempo con Dios.
- Nos permitimos situaciones de pecado, que antes nos parecían inaceptables.
- Escuchamos a todos los que ya se han enfriado y al cabo de un tiempo nos terminando contagiando.

 
Entonces decimos: ya no siento lo mismo que antes, no sé qué me pasa, buscamos la culpa en otros, ponemos excusas, pensamos en cambiar de iglesia, aunque íntimamente sabemos que nosotros mismos permitimos que el frío llegue a nuestra vida.

 
Tal vez te sientes identificado con alguna de estas situaciones, si es así, y consideras que te has enfriado, la solución está al alcance de tu mano. Así como el hielo no soporta el calor, ya que comienza a derretirse, de igual forma, todo enfriamiento espiritual, deberá ceder cuando recuperes el fuego de tu relación con Dios. ¿Pregúntate cuando comenzaste a enfriarte? ¿Qué hacías cuando estabas lleno de fe y entusiasmo? ¿qué actividades tenías, ¿cuáles eran tus amigos? De tal manera encontrarás los pasos que necesitas dar para recuperar el fuego y la pasión que te lleven a vivir la vida abundante que Dios tiene preparada para tí.

martes, 11 de septiembre de 2012

Estados Unidos recordó a las víctimas del 11 de Septiembre


El presidente Barack Obama y su esposa Michelle participaron en un momento de silencio en la Casa Blanca y luego acudirán a la ceremonia en el Pentágono.
Washington. (Reuters). Miles de personas se reunen hoy en Nueva York, en Washington y en Pensilvania para recordar el undécimo aniversario de los ataques del 11 de setiembre, pero en la principal zona de este sombrío día, el sur de Manhattan, este año se prescindirá de un aspecto clave en años pasados: las voces de los políticos.
 
En años anteriores, políticos como presidentes, gobernadores y alcaldes de la ciudad de Nueva York han participado en la lectura de los nombres, o han leído la Biblia o recitado pasajes literarios.
 
Este año, solo las familias de las más de 2.750 personas que murieron cuando secuestradores islamistas estrellaron dos aviones de pasajeros contra las Torres Gemelas, causando su colapso, aparecerán en el podio para leer los nombres.
 
Los políticos pueden acudir, pero según las normas establecidas en julio por el Museo Nacional del Recuerdo del 11 de setiembre, presidido por el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, ninguno hablará o participará en la lectura de los nombres. La secretario de Interior, Janet Napolitano, acudirá a la ceremonia de Nueva York este año.
 
Esas restricciones no se extenderán a otros lugares de recuerdo, sin embargo.
 
A las puertas del Pentágono, en Washington, donde más de 180 personas murieron cuando un avión de pasajeros se precipitó contra el edificio, el secretario de Defensa, Leon Panetta, hablará en una ceremonia que quedará cerrada al público y a la que solo acudirán las familias de las víctimas.
 
El vicepresidente Joe Biden pronunciará unas palabras en Shanksville, Pensilvania, donde 40 pasajeros de un avión de United murieron cuando el aparato se estrelló después de que los pasajeros se rebelaran contra los secuestradores.
 
“Cómo manejemos el legado de esas 40 personas y lo que hicieron, lo que impidieron que ocurriera, es realmente más una afirmación sobre nosotros mismos, sobre lo que valoramos como sociedad”, dijo Patrick White, actual presidente de las familias del Vuelo 93.
 
El primo de White, Joey Nacke II, fue uno de los pasajeros que entraron en la cabina.
 
Las autoridades estadounidenses dicen que los secuestradores de Al Qaeda tenían previsto estrellar el avión contra el Capitolio en Washington.
 
PARTICIPACIÓN DE OBAMA
 
Como tantas veces en fechas anteriores, las ceremonias de este año prometen cielos azules y el tiempo fresco de principios de otoño, condiciones que recuerdan las de la mañana de los atentados del 2001, cuando murieron casi 3.000 personas en las tres ubicaciones.
 
En Nueva York, habrá momentos de silencio para recordar el momento de impacto de cada avión: a las 8.46 a.m, 9.03 a.m., 9.37 a.m. y 10.03 a.m.
 
También se guardará silencio a las 9.59 a.m. y las 10.28 a.m., cuando cayeron las torres sur y norte.
 
El presidente Barack Obama y su esposa Michelle participaron en un momento de silencio en la Casa Blanca y luego acudirán a la ceremonia en el Pentágono.
 
Fuente:elcomercio.pe