sábado, 30 de junio de 2012

Traductores de la Biblia


Se cuenta que Martín Lutero (Sajonia 1486-1546), -que tradujo la Biblia al alemán- pasaba varios días para conseguir el equivalente exacto de una palabra y lograr así la mejor traducción.

¿Se imagina usted cuánto tiempo se necesita para traducir una Biblia completa? Veamos algunos ejemplos históricos:


San Jerónimo invirtió veintidós años (383-405) para terminar su traducción, la Vulgata Latina, que contiene también revisión y recopilación, y la cual hizo por encargo del Obispo Dámaso, de Roma.


Wycliffe gastó veintidós años en su versión, la primera completa de las Sagradas Escrituras en una lengua moderna: el inglés. Este insigne varón fue condenado por herejía.


Casiodoro de Reina, el primer traductor de una Biblia completa al castellano, trabajó durante un período de doce años. Después su compañero Cipriano de Valera reeditó la versión, luego de haberle dedicado veinte años en trabajos de cotejo y revisión.


Los traductores de la Biblia King James tardaron cinco años. Unos 54 sabios, reunidos por comisiones en Cambridge, Oxford y Westminster, por orden de Jacobo I, dieron al mundo de habla inglesa su obra maestra. Constituyó una labor de 270 años/hombre.


En la India se publicó la Biblia completa en tibetano, la cual se debió a un grupo de misioneros moravos, que trabajaron sucesivamente durante un período de más de noventa años.

Yo honraré a los que me honran


“Yo honraré a los que me honran”, así dijo Dios a Elí, el Sumo Sacerdote, y añadió: “...y los que me desprecian serán tenidos en poco” (1 Samuel 2:30).

Todo esto por consentir el pecado de adulterio de sus dos hijos: Ofni y Finees y, peor aún, permitir que estos adúlteros continuaran oficiando en el ministerio sacerdotal.

El predicador, pastor o ministro que comete adulterio se deshonra a sí mismo; deshonra su hogar, su esposa e hijos; deshonra su ministerio, la Iglesia que pastorea, la Obra de Dios; y por consiguiente, se descalifica a sí mismo para el ministerio cristiano, que es santo, honesto, bíblico; lo cual Dios demanda en las Sagradas Escrituras, y que es superior al ministerio sacerdotal del Antiguo Testamento, así como Cristo es mayor que Aarón.

En esta Obra del Movimiento Misionero Mundial, todos nosotros queremos siempre dar al Dios Trino toda la gloria y reconocimiento.

Queremos honrarle en todo: En la obediencia, la predicación y enseñanza de la Palabra de Dios; en la proclamación de la Redención mediante el sacrificio del Señor Jesucristo; en el Bautismo, los Dones y Frutos del Espíritu Santo; queremos honrarle con un ministerio de vida santa, de testimonio limpio y de profundidad espiritual. Queremos honrarle en la letra y música de los himnos; en la reverencia y en el orden en la Casa de Dios; queremos honrarle en todo.

Cuando honramos a Dios, en toda la escala de valores que emanan de las Sagradas Escrituras, Él cumple Su Palabra cuando dice: “YO HONRARÉ A LOS QUE ME HONRAN, Y LOS QUE ME DESPRECIAN SERÁN TENIDOS EN POCO”.

Elí, el Sumo Sacerdote junto con sus dos hijos, adúlteros consentidos, fueron cortados del ministerio y muertos por la mano de Dios.

“¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!”, Hebreos 10:31.

Señor, ¿qué quieres que yo haga?


Rev. José Arturo Soto Benavides

Cuando Cristo se reveló a Saulo, éste le abrió su corazón e hizo una pregunta que cambiaría para siempre su existencia: “Señor, ¿qué quieres que yo haga?” Aquella alma salvada tenía un objeto y un propósito inherentes, e inmediatamente se puso a la disposición de su Salvador.

“Mas yendo por el camino, aconteció que al llegar cerca de Damasco, repentinamente le rodeó un resplandor de luz del cielo; y cayendo en tierra, oyó una voz que le decía: Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues? Él dijo: ¿Quién eres, Señor? Y le dijo: Yo soy Jesús, a quien tú persigues; dura cosa te es dar coces contra el aguijón. Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer” (Hechos 9:3-6).

La conversión de Saulo de Tarso marcó una etapa importante y crucial en la historia de la Iglesia, y asimismo fue la bisagra que abrió la puerta a una visión más amplia del propósito de Dios dentro de su Obra. El enemigo había estado atacando dura y violentamente a la Iglesia recién nacida, por cuanto sabía que mientras hubiese un pueblo alcanzado por la redención, éste sería un ejército poderoso que lo vencería.

I. DE PERSEGUIDOR A SIERVO DE JESUCRISTO

Convencido de que hacía lo correcto, y porque sentía que el judaísmo era amenazado por el cristianismo, Saulo perseguía a los cristianos sin misericordia con la meta de extirpar de ellos la fe en Jesucristo. “Y Saulo asolaba la iglesia, y entrando casa por casa, arrastraba a hombres y a mujeres, y los entregaba en la cárcel” (Hechos 8:3). Definitivamente, Saulo ignoraba que él era una marioneta en las manos del diablo, y que éste estaba usando su fanatismo religioso para perpetrar sus ataques contra la Iglesia de Cristo.

Sin embargo, desde que Saulo presenció la muerte de Esteban, el primer mártir de la iglesia, en su conciencia se había quedado grabada la imagen de aquel varón arrodillado, pidiéndole a Dios que no tomase en cuenta el pecado de aquellos que lo mataron injustamente (Hechos 7:60). A pesar de su oposición abierta contra el cristianismo, Saulo había sido traspasado por el Evangelio que Esteban predicó el día de su muerte, y la Palabra que sembró aquel hombre de Dios estaba dando resultado. En efecto, desde que el Evangelio fue sembrado en su corazón, Saulo se sentía aguijoneado por las dudas, y luchaba contra ellas; mas su alma estaba al descubierto ante los ojos de Dios, y por lo tanto, Cristo le dijo: “Dura cosa te es dar coces contra el aguijón” (Hechos 9:5).

Dios estaba esperando, pues, el momento oportuno para cruzarse en el camino de Saulo. Y ese momento llegó cuando éste se estaba dirigiendo a Damasco, con la intención de atacar y arrestar a los cristianos refugiados allí. Cuando Cristo se reveló a Saulo, éste le abrió su corazón e hizo una pregunta que cambiaría para siempre su existencia: “¿Qué quieres que yo haga?” (Hechos 9:6). Aquella alma salvada tenía un objeto y un propósito inherentes, e inmediatamente se puso a la disposición de su Salvador.

II. LOS RETOS Y LOS SUFRIMIENTOS DE LA VIDA DE SERVICIO

“Él, temblando y temeroso, dijo: Señor, ¿qué quieres que yo haga? Y el Señor le dijo: Levántate y entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer” (Hechos 9:6). Después de levantarse, Saulo se percató de que se había quedado ciego; mas siguiendo las directrices de Dios, entró en Damasco y esperó allí hasta que el Señor le dijera lo que tenía que hacer. Así lo hizo, y estuvo tres días en ayuno esperando la respuesta a su pregunta.

Mientras tanto, Dios le dio una visión a otro discípulo llamado Ananías, y le ordenó que fuese a orar por Saulo de Tarso. Por supuesto, Ananías sabía quién era Saulo y cuáles eran sus primeras intenciones al llegar a Damasco, mas aquel hombre de fe no vaciló en su obediencia, aun sabiendo que con ello exponía su vida, en términos racionales y humanos, por ende, Ananías no era conocido por los hombres. Eso sí, aunque quizá los hombres ignoraban su existencia, Dios lo conocía y lo convirtió en el instrumento que entregaría su mensaje al ex perseguidor de la Iglesia.

Dios le reveló a aquel discípulo humilde cuál sería el ministerio de Pablo. “El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre”, Hechos 9:15-16. También Ananías tuvo el privilegio de imponer sus manos sobre Pablo para que éste recibiera la vista y fuera lleno del Espíritu Santo (Hechos 9:17).

Las palabras que Dios le dijo a Ananías sobre Saulo denotan cuán alta calidad de servicio Dios exige por parte de sus instrumentos. Y ciertamente, el servicio a Dios nunca es sencillo, simple ni tampoco fácil. En su llamado al servicio, Dios involucró todas las áreas de la vida de Pablo, el sufrimiento inclusive. Quizá sonaba pomposo e importante de predicar ante los reyes y los emperadores de aquel tiempo, mas aquella misión se llevó a cabo; el precio pagado fue: cadenas, prisiones, castigos, torturas y hasta la muerte por decapitación.

Cuando Jesús llegó a Betania, María se preguntaba qué podría ofrecerle al Señor, por cuanto su hermana Marta le había regalado con sus mejores manjares. No obstante, ella se acordó de repente que también tenía algo valioso que ofrecerle a Cristo: un vaso de alabastro que contenía un perfume de nardo puro muy costoso que servía de dote a las novias. En un servicio de consagración a Dios, María renunció a su dote (e incluso a la posibilidad de casarse), y rompió aquel frasco para derramarlo a los pies del Maestro; entonces la casa entera fue llena de la exquisita fragancia. Esto significa que en nuestras vidas siempre hay algo, algún talento, que vale la pena poner en las manos de Dios para bendición de otros.

El Señor está contando con nosotros para que le sirvamos, pero todo depende de nuestra disposición parar hacerlo. No podemos, pues, defraudar el propósito para el cual hemos sido perdonados.

III. LLAMADOS Y CAPACITADOS PARA EL SERVICIO

Dios siempre llamó a personas para capacitarlas con el fin de que llevasen a cabo sus planes. Nuestro amado Salvador escogió a doce apóstoles para que le rodearan y fueran su elite principal; mas aun así, tres de los discípulos eran más cercanos a Él, y de los tres Juan fue el que más intimó con Jesucristo.

Ninguno de los apóstoles escribió como Juan acerca del Maestro. A diferencia de los demás Evangelios, Juan inicia su Evangelio con una estremecedora profesión de su fe en su divinidad. “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. Este era en el principio con Dios. Todas las cosas por Él fueron hechas, y sin Él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. En Él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres. La luz en las tinieblas resplandece, y la tinieblas no prevalecieron contra ella” (Juan 1:1-5).

La parábola de los talentos es portadora de un mensaje poderoso (Mateo 25:14-30). El Señor repartió talentos a varios de sus siervos según la capacidad de cada uno; mas al último solamente le entregó un talento para que éste lo hiciera fructificar. El error de aquel hombre consistió en pensar que al no haber recibido una mayor cantidad de talentos, podía arrogarse el derecho de no hacer nada. Sin embargo, nadie en el Reino de los Cielos tiene ese derecho. No hay una posición neutra que podamos adoptar: el que había recibido un talento podía haberlo duplicado. Un talento era la más alta medida que se usaba para el oro, la plata y los metales preciosos, y un talento, de por sí, era muy valioso; mas aquel perezoso no lo quiso entender, y dejó morir el talento al enterrarlo… ¿Dejará usted también morir su talento al enterrarlo y no dejarlo fructificar?

 Dios ha llamado y dotado con un poder especial a sus santos: “Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria, a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre; para lo cual también trabajo, luchando según la potencia de Él, la cual actúa poderosamente en mí” (Colosenses 1:27-29). La dinámica de este ministerio no radica en el grado académico, en la madera regular de la que estamos hechos, ni tampoco los alcances económicos, sino el poder de Dios moviéndose en cada uno de nosotros. Es menester que sigamos la dinámica de Dios, y prediquemos el Evangelio por cualquier medio que Dios ponga a nuestro alcance.

El camino de la vida de servicio y de consagración es angosto, y el que quiera seguirlo hallará obstáculos y oposiciones. Cuando Saulo de Tarso inició su ministerio, sintió el rechazo de los judíos que planeaban matarlo, y de la propia Iglesia que no confiaba en él, ni creía en su salvación genuina. “Cuando llegó a Jerusalén, trataba de juntarse con los discípulos; pero todos le tenían miedo, no creyendo que fuese discípulo” (Hechos 9:26).

La batalla de la fe no ha cambiado durante el transcurso de los siglos, sino que, por el contrario, se ha arreciado. Tenemos que batallar contra tres enemigos: el mundo, la carne y el maligno. La victoria sobre el mundo estriba en nuestra separación con él; la victoria sobre la carne en crucificarla y no manchar nuestro testimonio; la victoria sobre el enemigo de nuestras almas en llevar puesta la armadura que detiene sus dardos encendidos.

Satanás es un experto en hacernos ver nuestra entrega a Dios como algo inútil. Sin embargo, él no tiene parte ni suerte con nosotros, y Cristo aseveró que las puertas del infierno no prevalecerían contra la Iglesia. ¿Acaso no es éste un potente grito de guerra? Los gobiernos del mundo legalizan el pecado y el mundo intenta seducir al pueblo de Dios con sus sistemas, sus tentaciones y su vida barata… Más ¿tiene la Iglesia de Dios parte ni suerte con el mundo? ¿Debemos imitar al reino de este mundo para que nos acepte? ¡De ninguna manera! Hemos sido llamados para ponernos a luchar en el frente de batalla, no para retroceder ante el enemigo.

Los guerreros de Dios siempre son una minoría calificada. Los siete mil hombres que no doblaron sus rodillas ante Baal ni lo besaron tan sólo se abstuvieron de la idolatría, mas nunca pelearon abierta y públicamente contra ella por miedo a las represalias de la reina impía Jezabel (1 Reyes 19:18). Dado que los siete mil se escondían, y no testificaban de su fe en Jehová, su potencial inutilizado se reflejó en el ministerio de poder de Elías. Este profeta valiente y aguerrido no temió en enfrentarse solo contra el pueblo, los profetas de Baal y la misma Jezabel para defender el nombre de Dios.

Los siete mil eran un residuo fiel, pero ineficaz. Y así también hay gente en las congregaciones que son muy fieles, pero no son aguerridos y se comportan con pasividad. La falta de apoyo generó el desaliento en Elías, y el diablo tuvo un aliado dentro del campamento de Dios. ¿Será usted uno de esos siete mil fieles a Dios más ineficaces en lo que se refiere a su misión?

CONCLUSIÓN

Hermano, ¿puede Dios contar con usted? ¿Está usando su potencial para la gloria de Dios y el beneficio tanto del mundo como de la iglesia? Es hora de que nos pongamos a trabajar, y desenterremos el talento que hemos escondido bajo tierra. Si no lo hacemos, tendremos que oír la dura reprensión de nuestro Señor, diciéndonos: “Siervo malo y negligente… Quitadle, pues, el talento, y dadlo al que tiene diez talentos. Porque al que tiene, le será dado, y tendrá más; y al que no tiene, aun lo que tiene le será quitado. Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes” (Mateo 25:26-30).

Revelan y cuestionan omisiones de la Biblia NVI


Chick Publicaciones mediante un boletín reveló varios versículos claves para un cristiano, que han sido omitidos por la Biblia NVI, donde no aparece por ejemplo: Mateo 17:21, Texto que si aparece en Reina Valera 1960: “Pero este género no sale sino con oración y ayuno”.

Chick Publications, la prestigiosa compañía estadounidense dedicada a la tarea de publicar tratados, libros ilustrados, libros de historietas, folletos, vídeos, y otros materiales cristianos, recientemente publicó un singular cuestionamiento respecto a las omisiones que ha hecho la Biblia Nueva Versión Internacional.

El Dr. Rex Cobb, del Instituto de Traductores Bautistas Bíblicos, realizó una comparación entre estas Biblias en español para ver cuántas veces se apartaron del texto tradicional o el Textus Receptus (TR) usado por la iglesia primitiva.

A raíz de esto, Chick Publicaciones con el apoyo del Dr. Cobb recomiendan la Biblia Reina Valera Gómez (RV), la cual según ellos, es una verdadera Biblia “Textus Receptus”. Sin embargo, esto no termina aquí, sino que muestran en un boletín las omisiones que hizo la Biblia NVI que a continuación les mostramos los textos:

Mateo 5:44 (RV): “Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;”.

Mateo 5:44 (NVI): “Pero yo les digo: Amen a sus enemigos y oren por quienes los persiguen”.

El versículo que no deja de llamar la atención es Mateo 17:21.

Mateo 17: 21 (RV): “Pero este género no sale sino con oración y ayuno”, Reina Valera 1960.

Este versículo la NVI lo omite claramente y solo aparece el 20 y el 22: “—¿Por qué nosotros no pudimos expulsarlo? 20 —Porque ustedes tienen tan poca fe —les respondió—. Les aseguro que si tienen fe tan pequeña como un grano de mostaza, podrán decirle a esta montaña: “Trasládate de aquí para allá”, y se trasladará. Para ustedes nada será imposible.[a]”.

Como podrán apreciar una de las mayores armas del cristiano es el ayuno y la oración y fueron omitidas de la NVI.

Mateo 18:11 (RV) “Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido”, Reina Valera 1960.

En Mateo 18:11, la NVI, eliminó completamente el versículo: 10 Miren que no menosprecien a uno de estos pequeños. Porque les digo que en el cielo los ángeles de ellos contemplan siempre el rostro de mi Padre celestial. 12 ¿Qué les parece? Si un hombre tiene cien ovejas y se le extravía una de ellas, ¿no dejará las noventa y nueve en las colinas para ir en busca de la extraviada?

Es más si usted estimado lector tiene la e-sword, el programa para el estudio de la Biblia, comprobará que al buscar el texto Mateo 18:11 en la NVI, se dice que el texto fue omitido. Al igual que las versiones de estas biblias en el sitio Bible Gateway: Reina Valera / Nueva Versión Internacional

 Si bien es cierto que Chick Publicaciones realizó este análisis para mostrar su nueva versión, las omisiones denunciadas no han sido cosas mínimas sino elementos esenciales, aquí les dejamos otros textos para usted los compare la RV1960 con NVI: Marcos 3:15, Marcos 7:16.

La exactitud de la Palabra de Dios


Rev. Luis M. Ortiz

La Biblia repite constantemente una frase, que es, precisamente la clave principal de todas. Esa frase es: “Y dijo Dios”. Sobre esto mismo se escribió: “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la Palabra de Dios” (Hebreos 11:3).

 Hace algún tiempo, leí en la prensa diaria un artículo cuyo contenido lo considero mucho más trascendental que el hecho de que el hombre haya llegado a la luna. El título del artículo es como sigue: “Falta un día entero desde la formación del universo”.

Y deseo insertar este interesante artículo, y citamos: “La historia trata de un día que falta en el tiempo y que descubrió y narró Harold Hill, presidente del Curtis Engine Company de Baltimore, Maryland, y consultor en el programa espacial. El Señor Hill dijo que creía que una de las cosas más asombrosas que Dios tiene para nosotros hoy, le ocurrió a nuestros astronautas y científicos del espacio en Green Belt, Maryland. Ellos intentaban determinar la posición del sol, la luna y los planetas al pasar cien años y al pasar mil años. Para poder determinar las posiciones futuras tendrían que saber cuáles fueron sus posiciones en el pasado.

Averiguaron cuales fueron las posiciones durante los siglos pasados y de momento se detuvieron. Las computadoras señalaron que algo andaba mal, o con la información sometida o con los resultados obtenidos faltaba un día en la historia del tiempo. Los científicos estaban confundidos. No había una contestación.

Uno de ellos recordó un comentario tocante al sol en la Biblia. Al investigar encontraron en el libro de Josué una oración bastante ridícula para cualquiera con “sentido común”. De acuerdo con las Escrituras, Josué estaba preocupado porque estaba rodeado de sus enemigos y al llegar la noche lo vencerían, como resultado, él le pidió a Dios que hiciera que el sol se detuviera. Pues, el sol se detuvo en medio del cielo, y no bajó por casi un día entero (Josué 10:13). ¡Se había encontrado el día que faltaba!

Al regresar las computadoras a la fecha que Josué había escrito la oración, encontraron que sus cálculos casi estaban correctos. El tiempo que había transcurrido para el tiempo de Josué fue de 23 horas y 20 minutos… no fue un día completo. Volvieron a leer las Escrituras y encontraron que decía: “aproximadamente un día completo”. Aún no podían explicar lo que sucedió con los restantes 40 minutos porque al proyectar las órbitas en el espacio este tiempo se multiplicaría.

Otra vez la misma persona se acordó de que en algún otro sitio en la Biblia decía que el sol caminó hacia atrás. En el segundo libro de los Reyes, capítulo 20, Ezequías, en su lecho de muerte, fue visitado por el profeta Isaías, a quien le pidió una señal como prueba. Isaías dijo: “¿Avanzará la sombra diez grados, o retrocederá diez grados? Y Ezequías respondió: Fácil cosa es que la sombra decline diez grados; pero no que la sombra vuelva atrás diez grados” (2 Reyes 20:9-10). ¡Diez grados hacia atrás son exactamente 40 minutos!... 23 horas y 20 minutos en Josué, además de 40 minutos en el Segundo Libro de Reyes, constituyen las 24 horas que faltan en los cálculos espaciales como el día que falta en el universo”.

Amigos, aquí una vez más la ciencia ha tenido que recurrir a la Biblia, la Palabra de Dios, para resolver sus problemas científicos. ¡Es que nada en la vida, en la muerte, en la creación, en el espacio, en el tiempo y en la eternidad halla explicación aparte de Dios y su Palabra! En este artículo mencionado, vemos cómo la Biblia resolvió el problema científico revelado por las computadoras, sobre la falta de un día entero desde la fundación del mundo. ¡Es que la fuente de la verdadera ciencia es la Palabra de Dios!

En el relato bíblico sobre el origen del universo, del mundo, del hombre, y de la vida en todas sus formas la Biblia repite constantemente una frase, que es, precisamente la clave principal de todas. Esa frase es: “Y dijo Dios”. Esto es, todo vino a la existencia y a la vida por medio de la Palabra de Dios. Sobre esto mismo el apóstol Pablo escribió: “Por la fe entendemos haber sido constituido el universo por la Palabra de Dios” (Hebreos 11:3).

jueves, 28 de junio de 2012

Y la Biblia tenía razón


Un investigador alemán se propuso verificar la autenticidad y veracidad de los relatos bíblicos a la luz de la arqueología. Los resultados fueron publicados en un libro que asombró al mundo y se vendió por millones.

 A fines de los años 50, un investigador alemán, Werner Keller, se propuso verificar la autenticidad y veracidad de los relatos bíblicos a la luz de la arqueología. Los resultados fueron publicados en un libro que asombró al mundo y se vendió por millones. Debido a las conclusiones científicas, aquel trabajo no pierde vigencia. Este es un resumen notable.

  En el año 1950, mientras estaba dedicado a mis trabajos acostumbrados, cayó en mis manos el relato de la expedición del arqueólogo francés profesor Parrot y de su paisano el profesor Schaeffer sobre las excavaciones realizadas en Mari y Ugarit. Las tablillas con caracteres cuneiformes halladas en Mari, en el Éufrates Medio, contenían nombres bíblicos que han hecho que las narraciones de los patriarcas, tenidas hasta entonces por “leyendas piadosas”, pasarán de improviso a ser enmarcadas en una época histórica.

  En Ugarit (2 Reyes 16:3; Jueces 2:13) junto al Mediterráneo, habían salido a la luz por primera vez los testimonios del culto de Baal profesado por los cananeos. Aquel mismo año se descubrió un rollo del libro del profeta Isaías en una cueva del Mar Muerto, al cual se le atribuyó una fecha anterior a la Era Cristiana. Estas noticias verdaderamente sensacionales despertaron en mí el deseo del estudio de la arqueología bíblica, el más reciente y menos tratado campo de la investigación de la Antigüedad. Así, pues, me dediqué a buscar, tanto en las obras publicadas en Alemania como en los demás países, una exposición clara y sucinta, asequible a todos, de las investigaciones realizadas; pero no encontré ninguna, sencillamente porque no existe. Entonces, me dirigí directamente a las fuentes de información –auxiliado activamente en este trabajo de carácter detectivesco por mi propia esposa- visitando las bibliotecas de muchos países para recoger todos los datos verdaderamente científicos contenidos en las obras especializadas relativas a la arqueología bíblica. A medida que fui profundizando en el tema, el asunto me resultó más emocionante.

  La puerta de entrada al mundo histórico del Antiguo Testamento fue abierta por el francés Paul Emile Botta en el año 1843.

  En unas excavaciones realizadas en Mesopotamia, concretamente en Corsabad, tropezó de improviso con los bajorrelieves del rey asirio Sargón II (Isaías 20:1) que había diezmado el reino de Israel, llevándose a sus pobladores en largas columnas. Los relatos de las campañas de este soberano están relacionados con la conquista de Samaria, de la cual habla la Biblia.

  Desde hace un siglo, sabios americanos, ingleses, franceses y alemanes realizan excavaciones en el próximo Oriente, en Mesopotamia, Palestina y Egipto. Las grandes naciones han fundado institutos y escuelas especiales para este trabajo de exploración. En 1869 se creó el llamado “Palestine Exploration Fund”; en 1892 la Escuela Bíblica de los Dominicos de San Esteban. Les siguieron en 1898 la “Deutsche Orient-Gesellschaft”, en 1900 las “American Schools of Oriental Research” y en 1901 el Instituto Alemán de Arqueología.

  En Palestina, se sacaron a la luz del día sitios y ciudades frecuentemente mencionados en la Biblia. Aparecen y están situados tal y donde la Biblia dice. En las antiquísimas inscripciones y edificaciones excavadas, los exploradores encuentran cada vez más personajes del Antiguo y del Nuevo Testamento. Los bajorrelieves de aquella época revelan las imágenes de pueblos cuya existencia se conocían solo por los nombres. Sus rasgos fisonómicos, su indumentaria, sus armas tomaron ahora cuerpo para la posteridad. Estatuas y figuras colosales muestran a los hititas de ancha nariz, a los filisteos (Génesis 10:14) esbeltos y de elevada estatura, a los elegantes príncipes cananeos con los carros de hierro, tan temidos de Israel, a los reyes de Mari –contemporáneos de Abraham– de sonrisa tan pacífica.

  A través de los milenios, los reyes asirios no han perdido nada de su ceño adusto: Tiglat-pileser III (2 Reyes 16:7), conocido en el Antiguo Testamento con el nombre de Pul (2 Reyes 15:19); Senaquerib (2 Reyes 18:13), que destruyó a Laquís y puso cerco a Jerusalén; Asaradón que hizo encadenar al rey Manasés, y Asurbanipal, “el grande y célebre Asnapar” del libro de Esdras 4: 10.

  Igual que a Nínive y Nimrod (Génesis 10:12) -la antigua Cala-, a Asur (1 Crónicas 2:24) y a Tebas (Jeremías 46:25), que los profetas llamaban No-Amon, los investigadores despertaron de las brumas de la Antigüedad a la execrada Babel de la Biblia y su torre legendaria (Génesis 11). En el delta del Nilo, los arqueólogos encontraron las ciudades de Pitón y Ramesés (Éxodo 1:11), donde los israelitas padecieron odiosa esclavitud; sacaron a la luz las capas de fuego y de destrucción que acompañaron a los hijos de Israel en la conquista de Canaán, y Guibá la fortaleza de Saúl, en cuyos muros el joven David cantó con su arpa; en Meguido dieron con unas inmensas caballerizas del rey Salomón, quien tenía doce mil soldados de a caballo.

  Del mundo del Nuevo Testamento reaparecieron las magníficas construcciones del rey Herodes. En el corazón de la antigua Jerusalén se encontró el pavimento elevado mencionado por el evangelista Juan, en el cual Jesús estuvo ante Pilato. Los asiriólogos descifraron en las tablas estelares de Babilonia, los datos exactos de observación de la estrella de Belén.

  Estos hallazgos y descubrimientos tan asombrosos e inabarcables por su profusión, han modificado bastante nuestra manera de concebir la Biblia. Acontecimientos que hasta hoy día se consideraban como “leyendas piadosas” adquieren de repente un prestigio histórico. Por lo general, los resultados de la investigación coinciden exactamente con los relatos bíblicos hasta en los mínimos detalles.

  No solo “confirman”, sino que aclaran al propio tiempo los sucesos históricos sobre que se basan el Antiguo Testamento y los Evangelios. Los acontecimientos y la historia del pueblo de Israel se presentan así enmarcados tanto en el colorido de su propia época, en un escenario vivo y variado, como en las circunstancias y luchas políticas, culturales y económicas de los estados y los grandes reinos del País de los Dos Ríos y del Nilo, a cuya influencia nunca pudieron escapar por completo durante más de dos mil años.

  Está muy generalizada la idea de que la Biblia es exclusivamente Historia Sagrada, una base de la fe para los cristianos de todo el mundo. Pero al propio tiempo es también un libro de hechos que tuvieron auténtica realidad. En este aspecto es, ciertamente, incompleta, pues el pueblo judío escribió su historia solo en relación con Jehová, es decir, la historia de sus pecados y su expiación. Pero estos acontecimientos son históricamente verdaderos y se han comprobado con exactitud verdaderamente asombrosa.

  Con la ayuda de las investigaciones realizadas, muchos de los pasajes bíblicos pueden comprenderse e interpretarse mejor de lo que lo han sido hasta ahora. Cierto que hay tendencias teológicas para las cuales solo cuenta la palabra. Pero, “¿cómo comprenderla?” –pregunta el célebre arqueólogo francés profesor André Parrot– si no se la encuadra en su exacto marco cronológico, histórico y geográfico”.

  Hasta ahora el conocimiento de estos raros descubrimientos sólo estaba al alcance de un pequeño círculo de expertos. Hace medio siglo se preguntaba el profesor Federico Delitzsch, de Berlín: “¿Por qué tantos afanes en esas lejanas, inhóspitas y peligrosas tierras? ¿Para qué ese costoso trasiego de detritus milenario, escarbando hasta el fondo de agua subterránea, en lugares donde no se encontrará ni oro ni plata? ¿Por qué esta lucha entre las naciones para asegurarse esas áridas colinas donde realizar sus propias excavaciones?”

  El erudito alemán Gustavo Dalman dióle en Jerusalén la contestación adecuada al expresar la esperanza de que un día todo cuanto en las excavaciones se hubiese “visto y comprobado, tanto para los trabajos científicos como para la práctica”, pudieran la Escuela y la Iglesia valorizarlo y convertirlo en material provechoso.

 Y precisamente esto último es lo que no se ha realizado todavía.

  No hay libro alguno en la Historia de la Humanidad que haya ejercido influencia tan grande y decisiva en el desarrollo de todo el mundo occidental y que haya alcanzado tanta difusión como el “Libro de los Libros”…la Biblia. Traducida a 3,500 idiomas y dialectos, hoy, al cabo de dos milenios, no parece dar señales de haber terminado su brillante carrera.

  Dada la acumulación y la preparación del material recogido, el cual no pretendo decir que sea completo, me vino la idea de que era llegada la hora de hacer partícipes a los lectores de la Biblia y a sus detractores, a los creyentes ya los incrédulos, de los apasionantes descubrimientos realizados por las diferentes disciplinas científicas. Y ante la abundancia enorme de resultados auténticos y seguros se me hace cada vez más patente, a pesar de la crítica impregnada de duda de que se ha hecho blanco a la Biblia desde la época de la Ilustración hasta nuestros días, esta idea: ¡La Biblia tenía razón!

¿Pudo Sansón destruir un templo entero?


Dos templos filisteos han sido descubiertos por arqueólogos. Uno en Tel Qasile, en el norte de Tel Aviv, y uno en Tel Migne, el antiguo Ekron, 33.6 Km. al sur de Tel Aviv. Ambos templos comparten un diseño único, el tejado estaba sostenido por dos pilares centrales.

¿HAN DESCUBIERTO LOS ARQUEÓLOGOS ALGUNA INFORMACIÓN QUE SE RELACIONARA A ESTE HECHO?

Un gran cambio que hubo en la guerra de Israel contra los filisteos fue la muerte de Sansón. Él había sido tomado cautivo a través de la decepción de Dalila. Los filisteos sacaron sus ojos y lo llevaron a Gaza, una de sus principales ciudades. Allí, ellos lo pusieron a trabajar moliendo grano en una prisión. Nosotros sabemos por los hallazgos arqueológicos que este tipo de prisión era en realidad una “molienda”. Uno de los trabajos que más tiempo consumía en la antigüedad era el moler grano. En la clase media, este trabajo era tomado por las mujeres de la casa. La aristocracia burocrática, sin embargo, preparó casas de molienda para proveer de grano a la gente privilegiada de nivel alto. Este era un lugar donde esclavos y prisioneros eran puestos a trabajar. Las herramientas eran simplemente piedras utilizadas con la mano. Sansón pasó sus días sentado en la tierra moliendo grano con un moledor manual que era frotado de un lado en un mortero que ponía en su falda.

Un día los líderes filisteos sostuvieron una ceremonia religiosa para celebrar su victoria sobre su enemigo. Ellos trajeron a Sansón al templo donde estaban congregados, para que él pudiera entretenerlos. Una vez dentro del templo, Sansón le preguntó al sirviente, quien estaba guiándolo, que le muestre dónde estaban los pilares, para que se pudiese apoyar en ellos. “Asió luego Sansón las dos columnas de en medio, sobre las que descansaba la casa, y echó todo su peso sobre ellas, su mano derecha sobre una y su mano izquierda sobre la otra. Y dijo Sansón: Muera yo con los filisteos. Entonces se inclinó con toda su fuerza, y cayó la casa sobre los principales, y sobre todo el pueblo que estaba en ella. Y los que mató al morir fueron muchos más que los que había matado durante su vida” (Jueces 16: 29-30).

 En un súbito momento, Sansón eliminó a todos los líderes filisteos. Este fue un gran retroceso en el conflicto con Israel. Fue un gran cambio. Desde este tiempo hacia adelante, los israelitas empezaron a ganar. Pero ¿habrá pasado realmente? ¿Podría un solo hombre destrozar un templo entero utilizando sólo sus manos? La arqueología nos ha proporcionado algunas respuestas asombrosas.

Dos templos filisteos han sido descubiertos por arqueólogos. Uno en Tel Qasile, en el norte de Tel Aviv, y uno en Tel Migne, el antiguo Ekron, 33.6 Km. al sur de Tel Aviv. Ambos templos comparten un diseño único, el tejado estaba sostenido por dos pilares centrales. Los pilares fueron hechos de madera y se apoyaban en bases de piedra. Si los pilares estaban aproximadamente 1.80 m. aparte, un hombre fuerte podría dislocarlos de su piedra base y así de esta forma dejar caer el tejado entero al suelo. Los hallazgos arqueológicos concuerdan perfectamente con la historia bíblica y atestan a la plausibilidad del hecho.

Aunque Sansón tenía sus debilidades, él era un hombre de Dios y es mencionado en el Nuevo Testamento como uno de aquellos “que por fe conquistaron reinos,... sacaron fuerzas de debilidad” (Hebreos 11: 32-34).

Un genuino avivamiento


Rev. Luis M. Ortiz

Para lograr un genuino avivamiento, a través de este mensaje Dios nos pide que hagamos cuatro cosas: que nos humillemos, que oremos, que busquemos su rostro, y que dejemos todo mal camino.

“Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”, 2 crónicas 7:14.

Mucho se habla de avivamiento, pero por la manera como se habla y se actúa para lograrlo y manifestarlo, muy pronto uno advierte que no es el avivamiento bíblico, el verdadero Pentecostés que viene de arriba hacia abajo, sino que es un avivamiento elaborado por el hombre, un avivamiento de abajo hacia arriba, sin pagar el precio que Dios exige y que, por lo mismo, muy pronto se desvanece como las burbujas de jabón.

Tristemente, hay que decir que, uno se da cuenta muy pronto que es un avivamiento con emblemas paganos como la cruz quebrada y con indumentaria chabacana y ridícula; un avivamiento mezclado con mariolatría, con rezos, idolatría y santería; un avivamiento de salsa musical y de festivales musicales; un avivamiento de música agolpada de ritmos y conjuntos musicales de la nueva ola; un avivamiento de fiestas, giras, pasadillas, comidas y banquetes; un avivamiento de dramas, melodramas, comedias y tómbolas; un avivamiento de paradas, de sentadas, de corridas, de acostadas, menos de arrodilladas; un avivamiento de métodos y recursos mundanos, con ropajes de cristianos; un avivamiento de demostraciones de fuerza numérica y de fuegos artificiales; un avivamiento de grandezas humanas e influencia política; un avivamiento comercializado.

Un avivamiento de fuego extraño, manifestaciones raras, y enseñanzas y prácticas heréticas; un avivamiento con protagonistas livianos, indignos, envueltos en fornicación, adulterio, divorcio y recasamiento; un avivamiento de neófitos y aventureros que ridiculizan y profanan la obra del Espíritu Santo; un avivamiento de llamamientos a granel, enviando hasta narcómanos para la obra misionera en el exterior; un avivamiento de reparto y distribución caprichosa de dones y de ministerios; un avivamiento con falsos mensajes en profecía que al no cumplirse traen confusión y descrédito para el Evangelio; un avivamiento de vanos sueños, visiones, revelaciones, alucinaciones y hasta apariciones de un Cristo que tergiversa la Sagrada Escritura y que muestra debilidades y flaquezas humanas. Todo esto y mucho más se puede ver con la etiqueta de avivamiento y de Pentecostés primitivo.

Y lo más triste es que hay mucho pueblo que por falta de conocimiento de la Palabra de Dios y de la verdadera obra del Espíritu Santo sigue tras estas veleidades, embelesos y simulaciones. Claro, en medio de esta barahúnda de cosas, y a pesar de personas y cosas, Dios salva, sana y obra milagros. Si se predica que Dios salva y el que oye cree la Palabra de Dios, Dios honra su Palabra y salva al que cree aunque el que predique no sea salvo. En cierta ocasión Dios usó a una asna para predicarle a un profeta desobediente (Números 22). Sobre esto Jesús dice: “Muchos me dirán en aquel día: Señor, Señor, ¿no profetizamos en tu nombre, y en tu nombre echamos fuera demonios, y en tu nombre hicimos muchos milagros? Y entonces les declararé: Nunca os conocí; apartaos de mí, hacedores de maldad”, Mateo 7:22-23.

A ningún hermano temeroso de Dios, con conceptos elevados de la obra de Dios, que conoce la Palabra de Dios, la voluntad de Dios y la obra del Espíritu Santo, le interesa para nada esa salsa de avivamiento de nuevo cuño; porque sabe que para el verdadero avivamiento, para el avivamiento bíblico que viene del cielo, hay que pagar un precio muy elevado que Dios exige, helo aquí: “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”, 2 Crónicas 7:14.

Como se ha visto, hay mucha gente haciendo muchas cosas para un avivamiento. Pero aquí Dios nos pide que hagamos cuatro cosas: que nos humillemos, que oremos, que busquemos su rostro, que dejemos todo mal camino.

1. “SI SE HUMILLARE MI PUEBLO”

Lo primero que Dios menciona es HUMILLARSE. No que lo humillen a uno, sino que uno mismo se humille, esto parece ser lo más difícil, por eso está como primer requisito para un avivamiento. Cumplido este requisito los demás resultan más fáciles, si no se cumple con este requisito de humillación, todo lo demás resulta inútil.

A veces oramos: Señor humíllame. Pero Dios no lo hará por nosotros. Dios dice que nosotros tenemos que hacerlo por nosotros mismos, porque Dios u otro podrían humillarnos, pero por dentro nosotros seguiremos sin humillación.

A Pedrito la maestra tenía que mandarlo a sentar continuamente porque le gustaba caminar por el salón de clases. Un día la maestra lo tomó por los hombros, y lo removió y lo sentó en su asiento. Al rato la maestra le preguntó al niño: ¿Cómo te sientes Pedrito? A lo que respondió Pedrito: Por fuera sentado, pero por dentro parado. A Pedrito lo humillaron, pero Pedrito no se humilló.

La humildad o humillarse a sí mismo es un acto que procede de nuestro interior y es voluntario. Si uno no escoge humillase a sí mismo pueden humillarlo hasta el polvo, pero todavía queda tan orgulloso como un pavo real. Este es el primer requisito, la primera condición que Dios exige: humillación. Someternos a Dios, a su Palabra, a su autoridad. La misma Palabra de Dios a la cual tenemos que someternos, dice: “Obedeced a vuestros pastores, y sujetaos a ellos...”, Hebreos 13:17. También dice: “Someteos unos a otros en el temor de Dios”, Efesios 5:21.

Humillarse o ser humilde es una virtud que resulta del reconocimiento de nuestra necesidad, de nuestra insuficiencia. Para esto tendremos la ayuda y el socorro del Señor, pues Dios “da gracia a los humildes”, Santiago 4:6. Dice la Biblia: “Mejor es humillar el espíritu con los humildes que repartir despojos con los soberbios”, Proverbios 16:19.

Todas las virtudes de Cristo son maravillosas, pero la que más me conmueve es su humildad. “El cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse; sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz. Por lo cual Dios también le exaltó hasta lo sumo, y le dio un nombre que es sobre todo nombre”, Filipenses 2:6-9.

 Sí amados, “porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, mas al altivo mira de lejos”, Salmo 138:6. El humillarse es pues el primer requisito divino para un verdadero avivamiento.

2. “Y ORAREN”

El segundo requisito es ORAR, pero no es cualquier oración, es la oración después de la humillación. La humillación abre la puerta a la verdadera oración, orar sin humillación acarrea mayor condenación. El Fariseo del pasaje bíblico oraba sin humillarse y no fue justificado (Lucas 18:10-14).

De Cristo la Biblia dice que “en los días de su carne (que son los días de su humillación), ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas” (Hebreos 5:7), y dice también que Cristo “estando en agonía (en el Getsemaní), oraba más intensamente” (Lucas 22:44). Cristo oraba con agonía e intensamente, y fue esta clase de oración que hizo posible el calvario, es esta la clase de oración que hará posible un genuino avivamiento.

La oración con agonía y humillación es el arma más poderosa que tiene la Iglesia. Hoy día hay muchas iglesias, hay mucha organización, mucha planificación, mucha legislación, mucha elección, mucha preparación, mucha promoción, mucha diversión, y hasta mucha indigestión, pero muy muy poca oración con humillación.

 Pidamos a Dios que levante hombres y mujeres, predicadores y laicos que oren con agonía y en humillación. Cuando sepamos cómo humillarnos, cómo agonizar en la oración, habrá un verdadero avivamiento.

 3. “Y BUSCAREN MI ROSTRO”

El tercer requisito que Dios exige es BUSCAR SU ROSTRO. Buscar el rostro de Dios va mucho más allá que orar. Buscar el rostro de Dios es tener y mantener perfecta comunión con Dios, es entrar en el lugar santísimo, es esperar en Dios, permanecer en su presencia, contemplar su hermosura, saturarnos de su gloria y entonces, “nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor” (2 Corintios 3:18).

 El buscar y encontrar el rostro de Dios no se logra a la carrera, requiere tiempo, dedicación y diligencia. Es el tercer requisito para un verdadero avivamiento. “Bueno es Jehová a los que en Él esperan, al alma que le busca”, Lamentaciones 3:25.

4. “Y SE CONVIRTIEREN DE SUS MALOS CAMINOS”

El cuarto requisito para un genuino avivamiento es que ABANDONEN SUS MALOS CAMINOS. ¿Malos caminos? Siempre pensamos en los malos caminos de los de afuera: del alcohólico, del narcómano, del adultero, del asesino, del ladrón. Pero aquí habla de los malos caminos del pueblo de Dios. Los obstáculos para un verdadero avivamiento no están fuera de la Iglesia, nunca han estado fuera de la Iglesia, están adentro. No tenemos tiempo ni espacio para mencionar todos los malos caminos que pueden existir en el pueblo de Dios. Pero cuando nos humillamos en la presencia de Dios, cuando oramos con agonía, cuando buscamos y encontramos el rostro de Dios entonces nos es fácil ver y abandonar los malos caminos. Cuando una persona se justifica y dice que no tiene ningún mal camino, ninguna falta, está diciendo cuán lejos está de Dios. Mientras más nos allegamos a la santidad de Dios y a su divino rostro mejor nos damos cuenta de nuestra bajeza y de nuestra indignidad.

Amados, y después que nosotros damos esos cuatro casos que: nos humillamos, oramos, buscamos el rostro de Dios, y abandonamos todo mal camino; entonces y, solamente entonces, Dios oirá desde los cielos, pues, “al corazón contrito y humillado no despreciarás tú, oh Dios” (Salmo 51:17). Dios no oye toda oración, Dios no oye pecadores, muchas oraciones no pasan del techo del templo o de la casa.

 Entonces, y solamente entonces, Dios perdonará el pecado, el pecado de la Iglesia, el pecado oculto que sale a la luz, que es confesado y abandonado. Entonces, y solamente entonces, Dios sanará nuestra tierra. Esto de que Dios sanará nuestra tierra está incluida aquí la Iglesia y toda la nación en todas sus esferas, habrá un verdadero avivamiento, un derramamiento del Espíritu Santo que afectará en forma bienhechora a toda la nación, a todas las instituciones desde la más alta magistratura de la nación, hasta el más modesto ciudadano, desde el más elevado centro académico hasta el analfabeta.

Con un mundo que está agonizando, azotado por la crisis moral más horrenda de su historia, con el hogar y la familia desquebrajada, con la alarmante ola de asaltos, robos, incendios, crímenes, con la inmoralidad, el sexualismo rampante. Por eso, es imperativo que el pueblo de Dios se humille, ore, busque el rostro de Dios, abandone sus malos caminos para que Dios sane la tierra de tanta villanía. La responsabilidad es del pueblo de Dios, dijo Cristo: “Vosotros sois la sal de la tierra… Vosotros sois la luz del mundo…” (Mateo 5:13-14).

El remedio seguro para un mundo en crisis y una civilización decadente está precisamente en las manos de la Iglesia de Cristo. El camino único, para un verdadero avivamiento sin veleidades, sin embelesos, sin simulaciones e imitaciones, está señalado. “Si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra”, 2 Crónicas 7:14.

Invito a todos a los lectores en el nombre del Señor, sean convertidos o inconversos, a humillarnos, a arrodillarnos ahora en la presencia de Dios, a quebrantar nuestro corazón, a buscar el rostro de Dios, a abandonar todo mal camino para que Dios nos oiga, nos perdone y nos dé un poderoso avivamiento, un glorioso derramamiento del Espíritu Santo en nuestra vida, en nuestra Iglesia, en nuestra comunidad, en nuestra nación. Amén.

miércoles, 27 de junio de 2012

¿Por qué no encomendó Dios la predicación a los ángeles?


"Los ángeles no tienen conocimiento intuitivo acerca de la redención". A los ángeles se les ha hecho ministradores (servidores) de los creyentes…
¿POR QUÉ NO ENCOMENDÓ DIOS LA TAREA DE LA PREDICACIÓN A LOS ÁNGELES QUE SON MÁS FIELES Y CAPACITADOS?
Ciertamente la Biblia nos da cierta claridad sobre esto. El Apóstol Pedro nos dice que lo que nosotros vivimos son cosas las cuales desean mirar los ángeles.
“Escudriñando qué persona y qué tiempo indicaba el Espíritu de Cristo que estaba en ellos, el cual anunciaba de antemano los sufrimientos de Cristo, y las glorias que vendrían tras ellos. A estos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles. Por tanto, ceñid los lomos de vuestro entendimiento, sed sobrios, y esperad por completo en la gracia que se os traerá cuando Jesucristo sea manifestado.” 1 Pedro 1:11-13.
"Los ángeles no tienen conocimiento intuitivo acerca de la redención". A los ángeles se les ha hecho ministradores (servidores) de los creyentes…
“Y otra vez, cuando introduce al Primogénito en el mundo, dice: Adórenle todos los ángeles de Dios. Ciertamente de los ángeles dice: El que hace á sus ángeles espíritus, y a sus ministros llama de fuego. Mas del hijo dice: Tu trono, oh Dios, por el siglo del siglo; cetro de equidad es el cetro de tu reino.” Hebreos 1:6-8.
“Pues, ¿á cuál de los ángeles dijo Dios jamás: Siéntate á mi diestra, hasta que ponga a tus enemigos por estrado de tus pies? ¿No son todos espíritus ministradores, enviados para servicio a favor de los que serán herederos de la salvación?”, Hebreos 1:13, 14.
Algunas otras razones:
  • Fue el hombre quien desobedeció a Dios.
  • El hombre fue quien cayó en pecado.
  • Fue el hombre quien se ensució en la maldad.
  • Fue el hombre quien se alejó de Dios.
  • Fue el hombre quien propagó la maldad a los demás hombres.

Por lo tanto, Dios utiliza al mismo hombre como instrumento para propagar la salvación de otros humanos. Se les ha encargado a los hombres el Ministerio de la Reconciliación:
“Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo; y nos dio el ministerio de la reconciliación.” 2 Corintios 5:18.
Porque es una bendición ser participantes de la obra reconciliadora de Dios al traer a otros hombres al conocimiento de la verdad…
“¿Y cómo predicarán si no fueren enviados? Como está escrito: ¡Cuán hermosos son los pies de los que anuncian la paz, de los que anuncian buenas nuevas!”, Romanos 10:15.
Porque ese fue el plan de Dios…
“Y a su debido tiempo manifestó su Palabra por medio de la predicación que me fue encomendada por mandato de Dios nuestro Salvador.” Tito 1:3.

Y la ciencia se aumentará


Hna. Carmen Valencia de Martínez

“Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará.” Daniel 12:4.

No sabemos el día ni la hora, pero lo que sí sabemos es que no estamos en tinieblas, estamos en la luz y que ese día no nos va a tomar por sorpresa porque la Palabra es lámpara a nuestro camino y nos ha abierto los ojos y como somos hijos de Dios somos estudiosos de la Palabra y a través de ella nos damos cuenta de las señales científicas antes del regreso del Señor que será en breve. El Señor ya está a la puerta a punto de hacer sonar la trompeta final, seremos transformados y estaremos en el cielo con el Cordero dándole gloria al Rey de reyes y Señor de señores. Pero debemos saber que para estos últimos tiempos la ciencia se aumentará.

LA VENIDA DEL SEÑOR

Todos sabemos que la venida del Señor es el acontecimiento más importante que este mundo ha de experimentar.

Tenemos esa seguridad porque Dios lo ha prometido y lo cumplirá porque Él no miente, leemos: “El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (Mateo 24:35). En la Biblia se menciona este hecho en 1,845 versículos, en el Nuevo Testamento se menciona aproximadamente en 318 versículos, Pablo habla de este tema en 50 pasajes bíblicos podríamos decir que hay más de 260 capítulos en la Biblia que nos hablan del regreso del Señor.

Desde el principio Dios ha hablado de su venida, en Judas 14 habla de un hombre de Dios, Enoc séptimo desde Adán y ya Dios lo estaba utilizando para hablarnos de su venida. “De éstos también profetizó Enoc, séptimo desde Adán, diciendo: He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares” (Judas verso 14).

“Y si me fuere y os preparare lugar, vendré otra vez, y os tomaré a mí mismo, para que donde yo estoy, vosotros también estéis” (Juan 14:3).

“Porque el Señor mismo con voz de mando, con voz de arcángel, y con trompeta de Dios, descenderá del cielo; y los muertos en Cristo resucitarán primero. Luego nosotros los que vivimos, los que hayamos quedado, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes para recibir al Señor en el aire, y así estaremos siempre con el Señor” (1 Tesalonicenses 4:16-17). El rapto es el acontecimiento más importante en la vida del cristiano, también ha sido anunciado en todas las edades en la Palabra del Señor. Ese retorno será para levantarnos y llevarnos con Él, con el propósito de que su Iglesia no esté en la gran tribulación.

“Y estando ellos con los ojos puestos en el cielo, entre tanto que él se iba, he aquí se pusieron junto a ellos dos varones con vestiduras blancas, los cuales también les dijeron: Varones galileos, ¿por qué estáis mirando al cielo? Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo” (Hechos 1:10-11). Tanto los profetas, apóstoles, ángeles y el mismo Señor nos habla sobre este evento maravilloso.

Al leer la Palabra nos damos cuenta de lo cerca que esta la venida del Señor y de los momentos en que estamos viviendo y lo serio de la brevedad de nuestros días, pues el Espíritu Santo nos hace entender de la urgencia de buscar al Señor, ya no hay tiempo para jugar con las cosas de Dios.

No sabemos el día ni la hora (Mateo 24:36), pero lo que sí sabemos es que no estamos en tinieblas, estamos en la luz y que ese día no nos va a tomar por sorpresa porque la Palabra es lámpara a nuestro camino y nos ha abierto los ojos y como somos hijos de Dios somos estudiosos de la Palabra y a través de ella nos damos cuenta de las señales científicas antes del regreso del Señor que será en breve. El Señor ya está a la puerta, a punto de hacer sonar la trompeta final, seremos transformados y estaremos en el cielo con el Cordero dándole gloria al Rey de reyes y Señor de señores.

Yo creo que todos queremos que ese momento sea ya, que hoy el Señor venga a rescatarnos de toda esta apostasía y sufrimiento que estamos viviendo hoy.

SEÑALES CIENTÍFICAS QUE NOS HABLAN DEL REGRESO DEL SEÑOR

“Pero tú, Daniel, cierra las palabras y sella el libro hasta el tiempo del fin. Muchos correrán de aquí para allá, y la ciencia se aumentará” (Daniel 12:4). Cuando se le da esta Palabra se le dice muy claro que esto no era para ese tiempo, esa señal es para este tiempo, en el tiempo de Daniel no había la ciencia que vemos ahora. Habla de un aumento de viajes sobre la tierra, dice que las personas andarán de allá para acá, significa un aumento insaciable de querer conocer y de andar de un lugar a otro.

También habla de un gran desarrollo científico, el siglo XX ha sido el siglo de los inventos y de los adelantos de la tecnología. En este siglo XXI todos los días vemos algo nuevo que se descubre, avances en la ciencia, avances para sanar enfermedades, somos testigos de cómo la ciencia de un momento a otro se ha multiplicado, todavía algunas personas ancianas recuerdan cuando no había luz eléctrica ni automóviles, y ha aumentado la ciencia de una forma tan rápida, que ha llegado hasta el punto de clonar animales y querer clonar seres humanos, y disponer de esto como si fueran dios, pero el único Dios que tiene el control de los seres humanos está en los cielos.

“Si te remontares como águila, y aunque entre las estrellas pusieres tu nido, de ahí te derribaré, dice Jehová” (Abdías 1:4). Esta es una de las señales del poco tiempo que nos resta, nos dice este versículo que un día el hombre iba a viajar hasta la luna, ¿y qué es lo que el hombre quiere buscar en la luna? Aquí habla de un nido, que significa bienestar y refugio. El primer nombre de la misión de aquel hombre norteamericano que viajó a la luna fue águila.

 También la Biblia habla sobre los adelantos en los automóviles. “Los carros se precipitarán a las plazas, con estruendo rodarán por las calles; su aspecto será como antorchas encendidas, correrán como relámpagos” (Nahum 2:4). Dios habla muy claro, nos dice que tenían aspecto de antorchas y con estruendo rodaron por las calles, en aquel tiempo no existían estos vehículos solo habían carrozas, y dice también la Palabra de Dios que corrían como relámpagos, cómo sería la sorpresa de ese hombre de Dios viendo estas cosas tan extrañas y anormales, y lo mejor que lo pudo describir fue “van como relámpagos”. Y también en el versículo siguiente habla de la cantidad de accidentes producidos por esos automóviles que en este tiempo han alcanzado velocidades ultrasónicas, dice “se atropellarán en su marcha”. En otra versión bíblica dice “correrán como locos”.

 “¿Quiénes son éstos que vuelan como nubes, y como palomas a sus ventanas?” (Isaías 60:8). Hay otro avance científico que nos habla de lo cerca que está la venida del Señor y es el avión. En diciembre de 1903 los hermanos, Wilbur y Oliver Wright, descubrieron el avión, Dios los utilizó para dar cumplimiento a esta profecía.

 “Como las aves que vuelan, así amparará Jehová de los ejércitos a Jerusalén, amparando, librando, preservando y salvando” (Isaías 31:5). En el año 1917 hubo un hombre cristiano, un general que se decidió a tomar el control de Jerusalén que en aquel tiempo estaba bajo el dominio de los turcos y si lo lograba, permitiría que los judíos regresen a su ciudad Jerusalén, Dios estaba en este propósito, pues los turcos estaban tan decididos a pelear que no les importó que la ciudad fuese destruida totalmente, pero este general que era conocedor de la Palabra de Dios y de las profecías, el día anterior se arrodilló, y le dijo al Señor: “Por favor permite que no sea necesaria la guerra, danos la victoria sin necesidad de derramar sangre”.

 Se dice que al día siguiente este general envió unos aviones a observar la ciudad y en ese momento los turcos que nunca habían visto un avión, los vieron, se desesperaron de una manera tan grande que salieron despavoridos huyendo y dejaron la ciudad sola. Eso es lo que dice este versículo que acabamos de leer (Isaías 31:5). Dios utilizó estos aviones para cumplir esa profecía de que el pueblo de Dios, los judíos, iban a volver a Jerusalén.

“Y todos los que sobrevivieron de las naciones que vinieron contra Jerusalén, subirán de año en año para adorar al Rey, a Jehová de los ejércitos, y a celebrar la fiesta de los tabernáculos” (Zacarías 14:16). La única forma de cumplirse esta peregrinación anual a Jerusalén durante el milenio, será a través de la aviación, de lo contrario no será posible que cada año vengan de todos los confines del mundo para estar en la fiesta de los tabernáculos. Todas estas cosas nos hablan de que el Señor está cerca.

Hay otra señal en Job 38:35-36, leemos: “¿Enviarás tú los relámpagos, para que ellos vayan? ¿Y te dirán ellos: Henos aquí?, ¿Quién puso la sabiduría en el corazón? ¿O quién dio al espíritu inteligencia?”. Nosotros sabemos quién es el que da la sabiduría y la inteligencia. Jamás el hombre soñó con poder enviar las voces, sonidos musicales o imágenes a través del aire, esto ha sido posible a través de ondas electromagnéticas similares a las de un relámpago, y la Palabra del Señor está diciendo que un día el hombre podría controlar la energía de los rayos.

Damos gloria a Dios por esto, pues a través de estos avances podemos llevar el mensaje de salvación a todos los confines de la tierra, la Palabra de Dios en Mateo 24:14 nos dice: “Y será predicado este Evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin”. Apocalipsis 11:9 habla de los dos testigos que serían vistos por todos los pueblos, leemos: “Y los de los pueblos, tribus, lenguas y naciones verán sus cadáveres por tres días y medio, y no permitirán que sean sepultados”. Y esto será posible a través de la televisión, de otra manera sería imposible.

No dudamos que estos medios serán usados también por el Anticristo en esa campaña que va a sostener para conquistar el mundo. La bomba atómica es otro descubrimiento que nos grita que sólo hay tiempo de vivir de la mano de nuestro Señor, ya no hay tiempo para criticar al hermano o señalarle y odiar, no es el tiempo de Dios para nosotros.

Mateo 24:29 nos dice: “E inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, y la luna no dará su resplandor, y las estrellas caerán del cielo, y las potencias de los cielos serán conmovidas”. Usted se ha preguntado ¿cómo serán conmovidas? Esto será a través de las bombas atómicas, el poder de estas bombas se conoció en la Segunda Guerra Mundial, la fuerza explosiva de esas bombas proviene de la liberación de la energía atómica, es la misma energía que sirve al sol para hacerle alumbrar y dar calor.

 En 1945 cayó en el Japón la primera bomba atómica y sabemos la magnitud del dolor que dejó una sola bomba. Se dice que dejó 135,000 víctimas y la mitad de estas personas murieron por el efecto de la bomba atómica, a los tres días siguientes se arrojó la segunda y dejó 64,000 víctimas y de ellos murieron 39,000. Unos pocos días después, Japón viendo tanta mortandad se rindió y qué triste que tuvieron que ver tanta sangre para rendirse.

 Dios ha hablado de las consecuencias de usar las bombas atómicas, dice en el libro de Isaías 34:4, leemos: “Y se enrollarán los cielos como un libro”; también en Isaías 51:6, leemos: “Alzad a los cielos vuestros ojos, y mirad abajo a la tierra, porque los cielos serán deshechos como humo, y la tierra se envejecerá como ropa de vestir…”.

Cuando leemos estas cosas que van a acontecer, creemos que tiene que ser la persona muy inepta al querer estar aquí en ese tiempo, porque los juicios de Dios caerán sobre esta tierra y los habitantes de ella. Nosotros los que hemos conocido al Señor no queremos quedarnos aquí en la gran tribulación, cuando los juicios de Dios caigan. El deseo de Dios es que escapemos de estos juicios que vendrán, que el hombre corrija su modo de andar, su forma de llevar el Evangelio, la venida del Señor puede ser hoy.

“Pero el día del Señor vendrá como ladrón en la noche; en el cual los cielos pasarán con grande estruendo, y los elementos ardiendo serán deshechos, y la tierra y las obras que en ella hay serán quemadas” (2 Pedro 3:10). Esto que dice aquí son los efectos que se han visto como resultado cuando ha caído una bomba atómica sobre un país. Pero también hay una promesa muy grande después de estas palabras de juicio, cuando vengan estas cosas que no sabemos cuándo pasarán, pero lo que sí sabemos es que a nosotros no nos va a tocar porque dice: “Pero nosotros esperamos según sus promesas, cielos nuevos y tierra nueva, en los cuales mora la justicia” (2 Pedro 3:13).

Dice la Palabra de Dios “puesto que todas estas cosas han de ser deshechas, ¡cómo no debéis vosotros andar en santa y piadosa manera de vivir!” (2 Pedro 3:11). Y cómo no hacerlo si ya sabemos lo que ha de venir sobre este mundo, y qué diremos acerca de lo que dice Lucas 21:11, leemos: “Y habrá terremotos, y en diferentes lugares hambres y pestilencias; y habrá terror y grandes señales del cielo”, ¿y acaso no es eso lo que estamos viviendo ahora? Se anuncian terremotos, y vemos también el hambre que hay en África y en muchas regiones de la India y aun en nuestra propia ciudad.

También esos acontecimientos en la atmósfera, los cambios de clima, los científicos están asombrados, porque cuando dicen que va a suceder algo no sucede, pasa lo contrario, y que pasa también con los océanos, con el descongelamiento de los glaciares en los polos, y qué decir de la capa de ozono, cada vez la abertura de esta capa es mayor, y cada día se ve más el cáncer de piel, todas estas cosas: los cambios de clima, los huracanes, terremotos, todo esto grita que hay sólo segundos de la gracia para nosotros hacer la obra del Señor, el tiempo se nos acaba.

Dios nos habla a través de esta Palabra de no pegarnos de cosas tan pequeñas, hoy Dios demanda madurez y firmeza, a nosotros nos pesará habernos ocupado de cosas tan pequeñas, y que tanta gente se perdió por nuestra negligencia, o que alguna persona después de haber escuchado esta mensaje se quede en la gran tribulación, qué dolor, qué angustia, dice la Biblia que “decían a los montes y a las peñas: Caed sobre nosotros, y escondednos del rostro de aquel que está sentado sobre el trono, y de la ira del Cordero” (Apocalipsis 6:16).

La Palabra del Dios Todopoderoso dice: “Cuando estas cosas comiencen a suceder, erguíos y levantad vuestra cabeza, porque vuestra redención está cerca” (Lucas 21:28). Y a nosotros no nos tocó el comienzo, nos tocó el final, cada profecía se está cumpliendo, no es el tiempo de andar con la cabeza agachada, es hora de que el pueblo de Dios levante su cabeza y proclame el Evangelio, la Palabra de Dios es la mayor arma, más que la bomba atómica, y que en vez de destrucción trae vida.

Dios es paciente con nosotros por eso no ha venido, porque Él sabe que si viene hoy usted se pierde, Él está esperando que hoy usted reaccione y se entregue a Dios, mañana puede ser tarde, por eso “no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca” (Hebreos 10:25).

Amados, el Rey de reyes, Jesucristo, dijo: “Yo soy el Alfa y la Omega, principio y fin, dice el Señor, el que es y que era y que ha de venir, el Todopoderoso” (Apocalipsis 1:8). El Cordero que fue inmolado, está a la puerta. Hoy es un día para decirle a Dios que se quiere ir con Él, que ya no quiere estar distraído, ni jugar con su Palabra. La hora de la gracia se termina y si ahora que está el Espíritu Santo con nosotros es difícil ser fiel, cómo será en la gran tribulación que ya Él no estará.

¿Qué dice la Biblia sobre los signos del zodíaco?


La práctica de la astrología es muy antigua y la Biblia tiene mucho que decir en contra del uso de las estrellas para dirigir los asuntos de la vida.

En el libro de Job, el más antiguo de la Biblia, encontramos una referencia a una de las constelaciones astrales, las cuales Dios declara a Job que fueron creadas por Él y las llama por nombre: “Él hizo la Osa, el Orión y las Pléyades, y los lugares secretos del sur” (Job 9:9). “Su espíritu adornó los cielos; su mano creó la serpiente tortuosa” (Job 26:13). “¿Podrás tú atar los lazos de las Pléyades, o desatarás las ligaduras de Orión? ¿Sacarás tú a su tiempo las constelaciones de los cielos, o guiarás a la Osa Mayor con sus hijos?” (Job 38:31-32). “Él cuenta el número de las estrellas; a todas ellas llama por sus nombres” (Salmos 147:4). “Buscad al que hace las Pléyades y el Orión, y vuelve las tinieblas en mañana, y hace oscurecer el día como noche; el que llama a las aguas del mar, y las derrama sobre la faz de la tierra; Jehová es su nombre” (Amós 5:8).

Aunque el estudio de los cielos, las estrellas y los planetas conocido como la 'astronomía' no es pecaminoso, la práctica de consultar las lumbreras celestiales para tomar decisiones terrenales, la 'astrología', es clasificada como idolatría. Cuando Dios le dio la tierra de Canaán a Israel para que moraran en ella. Dios habló a Moisés y le dijo que cuando se le apareció no fue en forma de ninguna cosa creada, ni animal, ni el sol ni la luna, ni las estrellas para que no se inclinara y les adorara: “No sea que alces tus ojos al cielo, y viendo el sol y la luna y las estrellas, y todo el ejército del cielo, seas impulsado, y te inclines a ellos, y les sirvas; porque Jehová tu Dios los ha concedido a todos los pueblos debajo de todos los cielos” (Deuteronomio 4:19).

Las naciones paganas que practicaban tales cosas influenciaron al pueblo de Israel para que se apartara del camino correcto y se dedicara no solamente a servir a dioses paganos sino también a consultar las constelaciones de estrellas para guiarse por ellas: “Entonces mandó el rey [Josías] al sumo sacerdote Hilcías, y a los sacerdotes de segundo orden, y a los guardianes de la puerta, que sacasen del templo de Jehová todos los utensilios que habían sido hechos para Baal, para Asera y para todo el ejército de los cielos; y los quemó fuera de Jerusalén en el campo del Cedrón, e hizo llevar las cenizas de ellos a Bet-el. Y quitó a los sacerdotes idólatras que habían puesto los reyes de Judá para que quemasen incienso en los lugares altos en las ciudades de Judá, y en los alrededores de Jerusalén; y asimismo a los que quemaban incienso a Baal, al sol y a la luna, y a los signos del zodíaco, y a todo el ejército de los cielos” (2 Reyes 23:4-5).

 El ejército de los cielos a veces se refiere a los ángeles pero se refiere a los seres celestiales, los planetas, el sol, la luna y las estrellas: “Fueron acabados los cielos y la tierra, y todo el ejército de ellos” (Génesis 2:1).

 A este ‘ejército de los cielos’ siguieron los Israelitas en desobediencia a Dios y por su desobediencia fueron echados de la tierra y esparcidos viniendo a ser esclavos en tierras extrañas: “Y los esparcirán al sol y a la luna y a todo el ejército del cielo, a quienes amaron y a quienes sirvieron, en pos de quienes anduvieron, a quienes preguntaron, y ante quienes se postraron. No serán recogidos ni enterrados; serán como estiércol sobre la faz de la tierra”, (Jeremías 8:2).

El interés de las personas en consultar las estrellas y la posición de los planetas es para saber la suerte que les acarrea en el futuro. Por lo general la gente se preocupa por las cosas que han de suceder y quiere saber de antemano que va a pasar. Este interés por querer conocer el porvenir no debe existir en aquellos que conocen a Dios porque ellos saben que el futuro está en las manos de Dios. Jesús dijo: “No os afanéis, pues, diciendo: ¿Qué comeremos, o qué beberemos, o qué vestiremos?” (Mateo 6:31).

En conclusión, tal como en el tiempo antiguo, ahora también Dios condena tales prácticas como una forma de adoración equivocada y contraria a su corazón. Aunque a menudo la gente que habla del horóscopo y las estrellas habla de Dios y hasta de Jesucristo, la Biblia señala que tales prácticas son producto de una mente y un corazón corrompido por la maldad y desvío de Dios: “Y cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén” (Romanos 1:25) y la Biblia dice que los que practican la astrología serán quemados con fuego: “Te has fatigado en tus muchos consejos. Comparezcan ahora y te defiendan los contempladores de los cielos, los que observan las estrellas, los que cuentan los meses, para pronosticar lo que vendrá sobre ti. He aquí que serán como tamo; fuego los quemará, no salvarán sus vidas del poder de la llama; no quedará brasa para calentarse, ni lumbre a la cual se sienten” (Isaías 47:13-14).

Morsi quita el sueño a Israel


La victoria del líder islamista Mohamed Morsi en las elecciones presidenciales egipcias consigue quitar el sueño a Israel, que se pregunta hoy sobre el futuro de su acuerdo de paz con el principal país del mundo árabe y las consecuencias que puede tener para la frágil estabilidad regional.

El tibio y breve mensaje de "respeto a los resultados" que trasladó el primer ministro israelí, Biniamín Netanyahu, al nuevo presidente egipcio es un claro ejemplo de la incertidumbre en la que se ve Israel, que mide sus palabras con cuentagotas para no deteriorar sus ya de por sí débiles comunicaciones políticas con El Cairo.

 Netanyahu se limitó a recordar el acuerdo de paz que ambos países firmaron en 1979 y alentó a Morsi a seguir la cooperación bilateral en base a ese tratado, que describió como "interés" de ambos y de la "estabilidad regional".


Una estabilidad que los principales comentaristas no creen que vaya a verse afectada en los próximos seis meses -el nuevo presidente, concuerdan, estará ocupado con el afianzamiento de su gobierno frente a las instituciones militares- pero para la que después, prevén, habrá que buscar nuevos alerones con los que garantizar un nuevo equilibrio.

 La cooperación en materia de seguridad entre Egipto e Israel ha sido en las últimas décadas soporte de la paz en la región, y los servicios de Inteligencia egipcios se han convertido en mediadores por excelencia en cualquier crisis entre palestinos e israelíes.

"El nuevo Egipto no ayudará a Israel frente a los palestinos y el régimen de los Hermanos Musulmanes no nos servirá como canal de diálogo: ni en los contactos diplomáticos con la Autoridad Palestina (AP) ni tampoco en los asuntos de seguridad frente a Hamás", afirma Alex Fishman, comentarista del diario Yediot Aharonot.

Los servicios de inteligencia egipcios han sido en los últimos años los encargados de aplacar las llamas cada vez que Israel y los terroristas palestinos de Gaza se embarcan en una espiral de violencia (la última acaba de terminar gracias a ellos), por lo que su ausencia puede ser nefasta para todos.

Otra preocupación de ése y otros columnistas es la situación en la península del Sinaí, en la que en los últimos años se han afianzado grupos islamistas que, periódicamente, cometen atentados contra objetivos turísticos y ataques transfronterizos, el último hace sólo nueve días.

En 2010 el Gobierno comenzó la construcción de una cerca fronteriza para contener este tipo de ataques -también la llegada de refugiados africanos-, obra que ha acelerado desde que comenzó la Primavera Árabe en enero del año pasado.

 "Parece que llevábamos razón cuando decíamos que la Primavera Árabe se transformaría en un Invierno Islámico", comenta al diario Haaretz una fuente del gobierno al confirmar los temores.

Para disipar los de la comunidad internacional, Morsi aseguró hace semanas que no anulará el tratado de paz, pero anunció que su gobierno revisará en el futuro todos los acuerdos firmados por el régimen anterior.

Con la prudencia y optimismo de quien fuera embajador en Egipto, Eli Shaked rebaja los temores en el convencimiento de que Morsi verá diluido su poder por el poderoso Ejército egipcio, que depende de una ayuda militar estadounidense anclada en los acuerdos de paz con Israel.

A pesar del pesimismo generalizado, la mayoría de los comentaristas y políticos israelíes coinciden en que el Morsi que encabezaba los Hermanos Musulmanes no será igual de radical cuando asuma la presidencia, porque deberá satisfacer las necesidades de todo un pueblo y ejercer con responsabilidad los compromisos internacionales de un Estado.

También coinciden en que Israel no debe dormirse en los laureles y debe "estar preparado para cualquier escenario", en palabras de Fishman porque "en el plazo de seis meses, veremos la verdadera cara de Egipto", y para entonces "nada será como antes" en las relaciones bilaterales. EFE y Aurora

Fuente:Aurora-israel.co.il

"Venezuela suministró a Irán aviones F-16 ante posible ataque de Israel"


Irán ha estado realizando ensayos con al menos un avión de combate F-16, cedido por el gobierno de Hugo Chávez, para calibrar sus radares y analizar sus capacidades frente a un posible ataque de Estados Unidos o Israel, según una fuente de inteligencia no occidental, citada por el diario español ABC.

El rotativo precisa que un mando de la Fuerza Aérea Venezolana confirmó que el aparato de fabricación norteamericano fue desarmado y enviado a Teherán dentro de un avión Boeing 707, a través de una ruta que incluyó a Brasil y Argelia.

Venezuela compró estos aparatos antes de que Chávez llegara al poder. De los 23 cazas que adquirió en 1983; es posible que varios hayan sido vendidos a terceros países, sin el permiso de Washington, contrariando las condiciones originales del contrato de venta, tal como había anunciado el Gobierno de Caracas.

El reporte de ABC ofrece un minucioso detalle de la transacción y el traslado de los aparatos a Irán y especifica que pilotos venezolanos fueron enviados a la República Islámica para manejar los aviones y adiestrar a los iraníes, tras el ensamblado en la base iraní de Mehrabad.

Además del avión entregado a Irán en 2006, existen informaciones sobre el despacho de más aparatos en 2009, cuando el ministro de la Industria Militar de Venezuela viajó Teherán y prometió al viceministro de Defensa de Irán la entrega de otras aeronaves, según los documentos provistos por ABC.

Debido a que varios de los aparatos han quedado inactivos por la falta de repuestos, el Gobierno de Chávez está sustituyendo esas aeronaves por una flota de 24 aviones Sukhoi rusos.

De cualquier manera, no está claro cuán valioso podrían ser esos cazas para las preparaciones de Irán, debido a que el modelo despachado está relativamente pasado de moda y la Fuerza Aérea de Israel usa actualmente modelos más nuevos con sistemas electrónicos nacionales.

martes, 26 de junio de 2012

La oración determina la predicación


Recordemos a Brainerd que derramaba su alma ante Dios, en medio de los bosques de América pidiendo por los gentiles que perecían, sin cuya salvación nada podía hacerle feliz. La oración de fe, secreta y ferviente, es la raíz de la piedad personal.

Un conocimiento suficiente del idioma donde el misionero vive, un carácter suave y agradable, un corazón entregado a Dios en íntima comunión, son cualidades cuya adquisición, más que el saber u otras habilidades nos capacitarán para ser instrumentos en las manos de Dios, en la gran obra de la redención humana.

Hermandad de Carey, Serampore (India)

Hay dos tendenciasextremas en el ministerio. Una consiste en apartarse de los hombres. El ermitaño y el monje se alejan de sus semejantes para consagrarse a Dios. Por supuesto que han fracasado.

Nuestra comunión con Dios solamente es de provecho si derramamos sus bienes inapreciables sobre los hombres. En esta época ni el predicador ni el pueblo se concentran mucho en Dios. Nuestras inclinaciones no se enderezan en esa dirección. Nos encerramos en nuestros gabinetes, nos hacemos eruditos, ratones de biblioteca, fabricantes de sermones, nos encumbramos como literatos y pensadores; pero el pueblo y Dios, ¿Dónde queda? Fuera del corazón y de la mente. Los predicadores que son grandes estudiantes y pensadores deben ser todavía más grandes en la oración o se convertirán en los más temibles apóstatas, en profesionales cínicos y racionalistas, y en la estimación de Dios serán menos que los últimos predicadores.

La otra tendencia es la de popularizar por completo el ministerio. Entonces el predicador ya no es un hombre de Dios, sino un hombre de negocios, entregado al pueblo. No ora, porque su misión es otra. Se siente satisfecho si dirige al pueblo, si crea interés, una sensación en favor de la religión y del trabajo de la Iglesia. Su relación personal hacia Dios no es factor en su trabajo. La oración en poco o nada ocupa un lugar en sus planes. El desastre y ruina de un ministerio semejante no puede ser computado por la aritmética terrenal. Lo que el predicador es en su oración a Dios, por sí mismo y por su pueblo, así es su poder para hacer un bien real a los hombres, para servir eficientemente y mantener su fidelidad hacia Dios y los hombres por el tiempo y la eternidad.

Es imposible para el predicador estar en armonía con la naturaleza divina de su alta vocación si no ora mucho. Es un gran error creer que el predicador por la fuerza del deber y la fidelidad laboriosa al trabajo y rutina del ministerio puede conservar su aptitud e idoneidad. Aun la tarea de hacer sermones, incesante y exigente como un arte, como un deber, como una ocupación o como un placer, por falta de oración a Dios, endurecerá y enajenará el corazón. El naturalista pierde a Dios en su naturaleza. El predicador puede perder a Dios en su sermón.

 La oración renueva el corazón del predicador, lo mantiene en armonía con Dios y en simpatía con el pueblo, eleva su ministerio por sobre el aire frío de una profesión, hace provechosa la rutina y mueve todas las ruedas con la facilidad y energía de una unción divina.

 El gran predicador Spurgeon decía: “Por supuesto, el predicador tiene que distinguirse entre todos como un hombre de oración. Tiene que orar como cualquier cristiano, o será un hipócrita; ha de orar más que otro cualquier cristiano, o estará incapacitado para la carrera que ha escogido. Es de lamentar si como ministro no eres muy dado a la oración. Si eres indiferente a la devoción sagrada no solo es de lamentar por ti, sino por tu pueblo, y el día vendrá en que serás avergonzado y confundido. Nuestras bibliotecas y estudios son nada en comparación de lo que podemos obtener en las horas de retiro y meditación. Han sido grandes días los que hemos pasado ayunando y orando en el Tabernáculo; nunca las puertas del cielo han estado más abiertas, ni nuestros corazones más cerca de la verdadera Gloria”.

La oración que caracteriza al ministro piadoso no es la que se pone en pequeña cantidad, como la esencia que se usa para dar sabor agradable, sino que la oración ha de estar en el cuerpo, formando la sangre y los huesos. La oración en un rincón, no es el hecho confeccionado con los fragmentos de tiempo que hemos arrebatado a los negocios y a otras ocupaciones de la vida; sino que exige de nosotros lo mejor de nuestro tiempo y de nuestra fuerza. Este tiempo precioso no ha de ser devorado por el estudio o por las actividades de los deberes ministeriales; sino ha de ser primero la oración; y luego los estudios y actividades, para que éstos sean renovados y perfeccionados por aquella. La oración que tiene influencia en el ministerio debe afectar toda la vida. La oración que transforma el carácter no es un rápido pasatiempo. Ha de penetrar tan fuertemente en el corazón y en la vida como los ruegos y súplicas de Cristo, “con gran clamor y lágrimas”; debe derramar el alma en un supremo anhelo como Pablo; ha de tener el fuego y la fuerza de la “oración eficaz” de Santiago; ha de ser de tal calidad que cuando se presente ante Dios en el incensario de oro, efectúe grandes revoluciones espirituales.

La oración no es un pequeño hábito que se nos ha inculcado cuando andábamos cogidos al delantal de nuestra madre; ni tampoco el cuarto de minuto que decentemente dedicamos para dar las gracias a la hora de la comida, sino que es un trabajo serio para los años de más reflexión. Debe ocupar más de nuestro tiempo y voluntad que las más hermosas festividades. La oración que tiene tan grandes resultados en nuestra predicación merece que se le consagre lo mejor. El carácter de nuestra oración determinará el de nuestra predicación. Una predicación ligera proviene de una oración de la misma naturaleza. La oración da a la predicación fuerza, unción y determinación. En todo ministerio de calidad, la oración ha tenido un lugar importante.

 El predicador ha de ser preeminentemente un hombre de oración, graduado en la escuela de la plegaria. Solo allí puede aprender su corazón a predicar. Ningún conocimiento puede ocupar el lugar de la oración. No puede suplirse su falta con el entusiasmo, la diligencia o el estudio.

Hablar a los hombres de parte de Dios es una gran cosa, pero es más aún hablar a Dios por los hombres. Nunca podrá el predicador transmitir el mensaje de Dios si no ha aprendido a interceder por los hombres. Por esto las palabras sin oración que dirija en el púlpito o fuera de él, son palabras muertas.

El Polvo de la Muerte.


Dios formó al hombre del polvo de la tierra… – Génesis 2:7.

Polvo eres, y al polvo volverás. – Génesis 3:19.

El primer hombre, Adán, puesto en el huerto de delicias, desobedeció la palabra de Dios y escuchó la voz de Satanás. Pecó y así cayó en la condenación divina: “polvo eres, y al polvo volverás” (Génesis 3:19). Era la aplicación de la advertencia que había recibido en caso de desobediencia: “Ciertamente morirás” (Génesis 2:17).


En contraste total con Adán y su descendencia, “el segundo hombre, que es el Señor, es del cielo” (1 Corintios 15:47). Jesucristo vino del cielo; no tenía pecado alguno, pues ni lo conoció ni lo cometió (2 Corintios 5:21; 1 Pedro 2:22). Entonces, ¿Cómo su cuerpo podría volver al polvo? La muerte no tenía ningún derecho sobre él. Sin embargo tuvo que morir, el justo por los injustos, para borrar nuestros pecados. Jesús entró en el ámbito de la muerte, de ahí la expresión simbólica: “Me has puesto en el polvo de la muerte” (Salmo 22:15).

Si Jesús pasó por la muerte (llamada “la paga del pecado” en Romanos 6:23), entró como vencedor. El cuerpo de Jesús colocado en la tumba no podía conocer la corrupción (Salmo 16:10), ni siquiera ser puesto en contacto con ella: el lienzo que lo envolvía estaba nuevo (Mateo 27:59), y el sepulcro también (Juan 19:41). Dios puso el sello de su aprobación a la obra cumplida por su muy amado Hijo al resucitarlo de entre los muertos. Jesús venció la muerte por todos los que creen en él. Así como llevaron la imagen de aquel que es polvo (Adán), también llevarán la imagen del celestial (Jesucristo) (1 Corintios 15:49).

Fuente:Amen-amen

Cristianos mueren en la región paquistaní


PAKISTÁN.-En la región del Punjab, miles de cristianos trabajan en las fábricas de ladrillos en régimen de esclavitud; centenares de ellos mueren de tuberculosis y otras enfermedades; los intentos de huida se sancionan con multa de 50.000 rupias.

Según Worthy News en Pakistán, país donde la cristiana Asia Bibi sigue esperando la muerte por haber cometido un delito de “blasfemia”, miles de esclavos cristianos trabajan en fábricas de ladrillos propiedad de musulmanes.

Los esclavos, cuya jornada comienza a la cuatro de la madrugada, reciben una remuneración de 200 rupias, cuando el salario legal establecido es de 500; son obligados a ocupar chozas situadas en poblados propiedad de las empresas, y en caso de intento de huida sus amos musulmanes les sancionan con una multa de 50.000 rupias. Los cristianos-esclavos, además, deben abonar a sus amos cantidades referidas al alquiler del infecto habitáculo y otros “servicios” ofrecidos, con lo que se busca situarlos en una perpetua condición de deudores. Y estas deudas, que difícilmente se pueden saldar, pasan de generación en generación, convirtiendo a miles de familias cristiana en miembros de una casta similar a la de los parias.

Las condiciones de vida de los cristianos en estos “laogai” son espantosas; carecen de asistencia sanitaria y la tuberculosis los diezma; sufren todo tipo de maltrato y como último recurso para ser libres sólo les queda vender al amo musulmán uno de sus riñones. Pero en el sumidero islámico paquistaní, los hindúes de la provincia de Sindh también padecen el mismo sistema de explotación, violencia institucional islámica e indefensión, lo que pone en evidencia qué tipo de democracia basura impera en la excolonia británica. MD

Fuente:poderygloria.net

Rev. Luis Meza Bocanegra - 1 Tesalonicense 5:1-11

 

El Rev. Luis Meza Bocanegra, Convertido desde muy joven al Cristianismo y hoy un siervo de Dios, Nos Comparte este Tema " 1 Tesalonicense 5:1-11 ", Vealo que será de gran bendición para su vida.


¿Qué dice la Biblia sobre el Aborto?


Importante que el hijo de Dios sepa qué dice la Biblia sobre cada tema, para que, más allá de su viabilidad a través del permiso legal, si la ley de Dios se opone, eso sea suficiente para nosotros.

El aborto es una realidad escalofriante alrededor de todo el mundo: una estadística de la década pasada da cuenta de una cifra mundial que rondaría los 55 millones de abortos anuales, lo que significaría, increíblemente, más muertes que las que produce una guerra…


Así y todo, cada vez son más los países que luchan por la legalización de esta práctica.


Como cristianos, debemos adoptar una posición al respecto, no porque sea necesario oponernos al establecimiento de una ley de este tipo, ya que sabemos que las leyes no están confeccionadas por hombres espirituales, y rara vez atiendan a lo que dice la Palabra de Dios sobre ellas. Lo importante es que el hijo de Dios sepa qué dice la Biblia sobre cada tema, para que, más allá de su viabilidad a través del permiso legal, si la ley de Dios se opone, eso sea suficiente para nosotros. El mundo seguirá marchando por sus carriles, y nada nos permite suponer, desde el punto de vista escritural, que el mismo marche hacia su mejoramiento absoluto o hacia su moralización o perfeccionamiento. Todo lo contrario. Mientras tanto, los creyentes que seguimos en el mundo, debemos apartarnos del mal.

Desde el punto de vista de la clase, podemos encontrar tres tipos de abortos: el espontáneo, esto es, el que se produce sin intervención humana de ningún tipo, deviniendo en la pérdida del bebé, a pesar de cualquier esfuerzo en contrario, y el provocado. A su vez, este puede ser de dos tipos: terapéutico y eugenésico. El primero se practica por orden médica en los casos de embarazo detenido, huevo muerto o embarazo fuera de lugar, los cuales no tienen ninguna posibilidad de subsistencia.


El segundo es el que nos interesa, porque es el aborto practicado deliberadamente, sea por la razón de un embarazo no deseado, o por la sospecha de una malformación o alguna especie de tara en el bebé, u otra causa. En este caso, y sólo en este, hablaremos de aborto propiamente dicho, a los efectos del tema que nos ocupa.

Para empezar diremos que en la Biblia nunca el aborto es un bien, sino una desgracia. Aquellos que defienden el aborto provocado como un bien, invocando razones de derechos humanos, derechos a la elección, etc., deberían saber que esta no es una opción contemplada en las Sagradas Escrituras. El aborto, en los ejemplos bíblicos, nunca es una elección, sino una fatalidad: Génesis 31:38, Éxodo 21:22-24, Job 3:16, Salmos 58:8, Eclesiastés 6:3.

Como contrapartida, siempre y en todos los casos independientemente de la elección de los padres, los hijos son considerados como una bendición, y como herencia divina: Salmos 127:3.

Todo esto podría probar, sin lugar a dudas, que la Palabra de Dios desconoce la práctica del aborto voluntario, y por ello no hay en sus páginas normas expresas que prohíban este recurso.

Este argumento, aunque parece válido, podría resultar insuficiente, toda vez que expresamente no dice la Biblia “No abortarás”. Sin embargo, podríamos remitirnos a la ley dada a Moisés, en la cual encontramos sí, “No matarás” (Éxodo 20:13). Para quien considerara incompleto el consejo del Antiguo Testamento, o pasado de moda, o ya superado en la nueva dispensación, tenemos un texto muy claro del apóstol Pablo, en 1 Corintios 3:16 y 17, en el cual se considera al cuerpo como templo del Espíritu Santo, y se exhorta muy seriamente acerca de la prohibición de destruirlo.

Ahora bien, cualquiera está de acuerdo con esto, en términos generales, y nadie se quisiera hacer cargo de la muerte de un ser humano, ni siquiera aquellos que están a favor del aborto. En efecto, el punto medular de la discusión se centra en la interrogante: desde cuándo el embrión puede considerarse una persona, esto es, cuál es el instante, ínfimo, pero bien definido, en que el feto deja de ser una masa de tejidos y comienza a ser un ser humano particular, con cuerpo alma y espíritu.

Y decimos que esta es la cuestión medular, porque los abortistas se apoyan en el “hecho”, para ellos, obvio de que lo que está en el útero materno no es efectivamente un ser humano, sino una mezcla de células que llegará a su condición de pleno ser en un tiempo futuro.

¿En qué momento, en qué minuto puede uno considerar que una vida no tiene ningún significado y al minuto siguiente pensar que esta misma vida ya es algo maravilloso?

La ciencia sabe que al momento de la concepción las células masculina y femenina han sufrido una transformación que reduce sus cromosomas de cuarenta y seis a veintitrés cada una, para que al unirse, entre ambas formen las cuarenta y seis necesarias para la vida humana. Esta nueva célula producto de la unión contiene ya el ADN (ácido desoxirribonucleico), que lleva en sí toda la información genética que si no es interrumpida dará lugar al nuevo ser. Este ADN contiene la información, a imagen de una complejísima computadora, aun de cómo será ese ser al llegar a la vida adulta. Quizás el Señor ya había previsto este descubrimiento tan reciente como novedoso y nos lo había anunciado en su Santa Palabra… Salmos 139:16.

Ese nuevo ser, aun antes de que su madre sepa de su existencia, a los veinticinco días de ser gestado, ya tiene su corazón latiendo. A los cuarenta y cinco días se pueden captar sus ondas encefalográficas. A las ocho semanas tiene formado el cerebro y sus huellas digitales definitivas, aunque más pequeñas. Dos semanas después tiene en funciones sus glándulas tiroides y suprarrenales, mueve los ojos, traga, mueve la lengua, tiene hormonas sexuales. En la decimosegunda semana tiene uñas, succiona el pulgar, es sensible al dolor.

Ahora bien, algún escéptico podría argumentar que esto no es suficiente prueba de si ese es un ser humano completo, con cuerpo alma y espíritu. Al respecto diremos que, a excepción de Adán, que fue creado del polvo de la tierra, y Dios mismo en un acto posterior le da aliento de vida, todas las demás criaturas humanas son formadas, en cuerpo, alma y espíritu conjuntamente, en el mismo instante de la concepción.

En el Salmo 58:3, el salmista dice que hay impíos que lo son desde el útero, lo cual confirmaría la existencia de un ser con cuerpo, alma y espíritu aun en su vida intrauterina.

Job, en su angustia, añora la posibilidad de no haber nacido, y de esta forma haber pasado a la eternidad desde su habitación prenatal (Job 3: 9-19).

Con todo esto queremos significar que, aun cuando desde la ciencia no se puede establecer el momento exacto en que ese embrión es un ser humano completo, aunque en desarrollo, desde la Palabra de Dios se puede comprender mejor esta realidad, arrancando desde el hecho ineludible, y comprendido por fe, de que Dios es el autor, creador, dador y sustentador de la vida: Hechos 3:15, 1 Samuel 2:6.

Dice la Biblia que este nuevo ser es creado a imagen y semejanza de Dios, como remarcando la intención santa y sublime que Dios tiene con cada criatura humana, por sobre toda otra criatura. Todo fue creado por la Palabra de su poder, pero del ser humano dice que Él lo formó, especialmente, y sopló en su nariz el aliento de vida.

El ser humano, además de producto de una relación entre dos personas, y por sobre ella, es:

* Creación de Dios: Salmos 139: 13.

* Proyecto de Dios: Salmos 139:16.

* Propiedad de Dios: Salmos 22: 9 y 10.

Veamos algunos otros textos ejemplificadores: Salmos 139:13–16, Isaías 49:1, Jeremías 1:5, Salmos 8:4, Gálatas 1:15, Salmos 104: 29 y 30, Job 12: 10, Isaías 44:2 y 46: 3, Mateo 25: 34, Lucas 1: 41 y 43, Lucas 1: 15. Deuteronomio 32:39, 1 Samuel 2:6, Job 10: 8 y 33:4, Salmos 71: 6, Daniel 5:23, Hechos 17:25.

Todas estos textos bíblicos que estamos analizando probarían espiritualmente (no racionalmente o científicamente) que el hombre es una creación divina: cada hombre de todas las edades, y no generalmente, sino en particular, desde el mayor hasta el más insignificante. Que cada uno estuvo en los planes del Señor desde antes de la fundación del mundo. Que este mismo creador conoce a todos por sus nombres (Isaías 49:1), tiene proyectos sobre ellos, los ha dotado de eternidad, y además que somos propiedad suya, de acuerdo con su soberanía y su amor para con cada uno.

Por todo lo que venimos exponiendo sostenemos que desde el momento exacto en que un óvulo y un espermatozoide se unen, por la voluntad soberana de Dios, eso es ya un nuevo ser, con todas las potencialidades de cualquier humano, dotado de cuerpo, alma y espíritu. Como tal, tiene derecho a la vida como cualquiera de nosotros. ¿Quién consideraría lícito matar a un niño inmediatamente después de nacer, aún invocando razones sumamente entendibles? ¿Por qué, entonces, matarlo antes de que nazca? ¿Sólo por el hecho de no verlo podemos negar su existencia? ¿Podemos olvidar para estos casos el precepto divino de no matar?

Algunos podrán invocar razones de humanidad, para los casos de bebés con malformaciones, enfermedades o discapacidades de cualquier tipo. Así y todo, ¿puede un ser humano decidir sobre la vida de otro que singularmente es una criatura de Dios, pensada, formada, creada y sustentada por él? ¿No es, acaso, negar la eficacia de la soberanía divina sobre el tal ser, sobre su entorno familiar o sobre las circunstancias que los rodean? Veamos algunos textos: Éxodo 4:11, Eclesiastés 7:14, Isaías 45:9-13, Daniel 4:35, Proverbios 16:4.

El aborto es, desde el punto de vista escritural, la muerte de un ser humano como cualquier otro que, aunque aún no ha llegado a desarrollarse en toda su potencialidad, de igual modo ya están escritas de él todas las cosas que habrá de alcanzar, en el decreto de predestinación. Asimismo, desde el primer instante de gestación el Señor ha impreso en su código genético toda la información referente a sus características humanas que lo acompañarán por el resto de su vida: su talla, color de ojos, contextura física, pero también sus rasgos de carácter, inclinaciones, personalidad, etc.

Como criatura de Dios que es, única e irrepetible, merece la vida, que en todo caso no es nuestra, sino de aquel que se la dio.

 Matarlo, es cometer un grave pecado, el cual estaba contemplado aun antes de que la ley se formalizara a través de los diez mandamientos: Génesis 4:15, 9:6. A través de estas leyes y estos pactos de Dios con el hombre, lo que el Señor enfatizaba era el carácter santo de la vida humana, que le pertenece doblemente, por creación y por redención.

Como cristianos, entonces, debemos rechazar de plano al aborto como opción, y ni siquiera como opción extrema, exceptuando el caso terapéutico de muerte del feto o de peligro de vida para la madre, el cual es ya casi nulo debido a los avances científicos modernos. En todo caso, estas serán situaciones particulares que deberán conllevar tratos particulares y conclusiones específicas, adaptadas a cada circunstancia, y en ningún caso se podrá generalizar.

Un punto aparte merecen las consecuencias indeseadas de un aborto, que rara vez se explican a quien ha tomado una determinación en este sentido. Más allá de las posibles consecuencias físicas y médicas, que no es el caso tratar aquí, pero que pueden llevar a la esterilidad permanente o a la muerte, más abundantes y factibles de aparecer son las secuelas emocionales, a veces transitorias, las más, permanentes. La naturaleza triple del ser humano hace que este sea mucho más que sólo un cuerpo, que puede no recibir el impacto de un hecho tan grave. El alma y el espíritu humano pueden ser atormentados por serias derivaciones: la ley moral escrita en nuestros corazones por el Creador, más tarde o más temprano, dará cuenta del pecado cometido.

Existen muchos casos, médicamente comprobados, de trastornos severos post-aborto: sentimientos de culpa, ansiedad, depresión, manías, demencia, intentos de suicidio. Muchas veces la persona ni siquiera relaciona su padecimiento con un aborto anterior, pero la realidad del problema se encuentra allí.

Es que la consecuencia del pecado siempre es nefasta. Veamos como ejemplo la historia de David y Betsabé, en 2 Samuel 11 y 12, y volvamos a comprobarlo en Gálatas 6:7.

También es cierto que todos los pecados que tienen algún tipo de relación con lo sexual acarrean efectos graves: 1 Corintios 6:18, Salmos 32: 3 y 4, Proverbios 6: 32 y 33.

Lo cierto es que, y siguiendo con el ejemplo de David, nuestro Dios es un Dios clemente y misericordioso, capaz de perdonar este y muchos otros pecados más, y asimismo presto a borrar nuestras iniquidades y las heridas que ellas hayan provocado en nuestro corazón.

Sólo hace falta acercarse a Él con arrepentimiento, como David lo expresara en el salmo 51, luego de que el profeta Natán le advirtiera de su pecado. Recién entonces llega la dicha del perdón y el ser rodeado con cánticos de liberación (Salmos 32).

En cuanto al niño que no alcanzó a nacer, y si creemos todo lo que venimos exponiendo acerca de que es una creación de Dios, dotada de cuerpo, alma y espíritu al momento de su concepción, podemos abrigar la esperanza de encontrarlo allí en su gloria, cuando todo lo pasajero haya terminado, y juntos cantemos las glorias del Cordero…

Porque, estas son “las maravillas del Perfecto en sabiduría” y “por más que el hombre razone, quedará como abismado” (Job 37:16 y 20).