“Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced
esto en memoria de mí. Asimismo tomó también la copa, después de haber
cenado, diciendo: Esta copa es el nuevo pacto en mi sangre; haced esto
todas las veces que la bebiereis, en memoria de mí”, 1 Corintios
11:24-25.
Alrededor del mundo en cualquier día domingo, miles de cristianos
acudirán a su lugar de reunión para participar en la reunión más
importante que pueda celebrar una iglesia local. No será la predicación
del Evangelio aunque sea esta una actividad importante y necesaria. No
será para escuchar una exposición de un pasaje bíblico aunque sea esto
esencial para crecer espiritualmente. Los cristianos se van a reunir
para hacer memoria del Señor Jesús en su muerte. Así responderán a la
petición hecha por Jesús la noche en que fue traicionado y antes de ir a
la cruz. Sus palabras fueron dichas después que Él había celebrado la
fiesta anual de la pascua con sus discípulos. Seguramente lo que hizo
Jesús sorprendió a los discípulos que pensaban que ya habían terminado
la fiesta. Jesús se levantó, tomó un pan y dio gracias en voz alta.
Luego rompió el pan en sus manos y lo pasó a sus discípulos diciendo
“Tomad, comed; esto es mi cuerpo que por vosotros es partido; haced esto
EN MEMORIA DE MÍ”, 1 Corintios 11:24. Sin entender mucho del
significado, los discípulos cumplieron con la petición de su Señor.
Después que todos habían comido del pan, Jesús tomó una copa y dio
gracias otra vez. Luego la pasó a los suyos diciendo, “Esta copa es el
nuevo pacto en mi sangre; haced esto todas las veces que la bebiereis,
EN MEMORIA DE MÍ”, 1 Corintios 11:25. Los discípulos conocían bien los
términos del pacto entregado por Moisés, pacto que Dios había hecho con
su pueblo pero he aquí algo nuevo, ¡un nuevo pacto! No fue el momento
para entrar en una explicación de Él pero tenía que ver con la sangre de
Jesús. Pronto verían a Jesús morir y por su muerte en la cruz y pronta
resurrección, dejaría en claro que ya no servían los animales como medio
para acercarse a Dios. De ahí en adelante sería a través del Señor
Jesucristo mismo. Los discípulos están pisando el umbral de una nueva
era que continúa hasta el día de hoy.
Junto con usar los dos símbolos del pan y la copa, Jesús dijo: “haced
esto EN MEMORIA DE MÍ” (vv.24-25). Muchas iglesias han perdido la
costumbre de fijar una reunión semanal para obedecer al Señor Jesús en
lo que pidió “la noche que fue entregado” (v.23). Muchos individuos
restan importancia a la celebración y no asisten. Es una reunión
caracterizada por ferviente adoración y profundas expresiones de aprecio
por lo que Cristo hizo y por lo que Él es. Estará preguntando el
Salvador en cualquier primer día de la semana acerca de los que han sido
limpiados, “¿dónde están?” Lucas 17:17. No prive Ud. a Jesús de lo que
Él merece recibir, su adoración en la Cena del Señor.
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