viernes, 5 de octubre de 2012

Asera, diosa de la fertilidad


Un pecado gravísimo, que se menciona reiteradamente en el Antiguo Testamento, era la idolatría y la adoración a dioses falsos. Dios repetidamente condenó el culto a Baal y Asera, las principales deidades masculina y femenina de los cananeos y de otros pueblos cercanos.
Baal y Asera eran los dioses más importantes de la fertilidad. Su culto solía incluir actos sexuales con un sacerdote o una sacerdotisa, a los cuales se les debía entregar una ofrenda. Esto básicamente llegaba a ser una actividad sexual que se realizaba por dinero, razón por la cual la Biblia frecuentemente compara la veneración a estos dioses con la prostitución.
 
El nombre común de esta diosa en Babilonia y Mesopotamia era Istar (que sobrevive en la actualidad bajo la forma Easter, nombre en inglés de la Pascua Florida). Su nombre entre las naciones que circundaban Israel era Asera o Astarté, pero los escritores bíblicos, aparentemente de manera deliberada, cambiaron el nombre a Astarot o Astoret para que su pronunciación se asemejara al vocablo hebreo que significa “vergüenza”. Efectivamente, el modo en que se la veneraba era degradante y vergonzoso.
 
En Israel y en los países vecinos es común encontrar todavía estatuillas de esta y otras diosas de la fertilidad, claros indicios de la popularidad de su culto. La adoración a esta diosa es mencionada en el Antiguo Testamento a partir de la muerte de Josué en Jueces 2:13 (h. 1210 a.C.), hasta el reinado del rey Josías en 2 Reyes 23:13 (h. 640 a.C.).

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