Rev. Luis M. Ortiz
El misterio de la iniquidad está trabajando activamente en lo político,
en lo económico, en lo social, en lo moral, en lo familiar, en lo
religioso, dando los toques finales al escenario de la historia, para
que haga su aparición el Anticristo, aquel “inicuo cuyo advenimiento es
por obra de Satanás”.
Las Sagradas Escrituras nos hablan sobre varios misterios revelados.
Deseamos referirnos a dos grandes misterios opuestos el uno al otro.
El primero, EL MISTERIO DE LA PIEDAD. Dice la Palabra de Dios: “E
indiscutiblemente, grande es el misterio de la piedad: Dios fue
manifestado en carne, justificado en el Espíritu, visto de los ángeles,
predicado a los gentiles, creído en el mundo, recibido arriba en gloria”
(1 Timoteo 3:16).
Por este versículo es fácil entender que el misterio de la piedad es la
manifestación y la consumación del gran plan de la redención humana,
mediante nuestro Señor Jesucristo y su sacrificio en el calvario.
La encarnación de Cristo.
La presencia del Espíritu Santo en la vida y obra de Cristo.
La anunciación y ministerio de los ángeles en la vida de Cristo.
La predicación del Evangelio de Cristo.
La aceptación salvadora del sacrificio de Cristo.
La ascensión victoriosa de Cristo.
El misterio de la piedad es “Dios con nosotros”. Es la incursión
histórica de lo divino en lo humano, de lo celestial en lo terrenal, de
lo inmortal en lo mortal, de lo eterno en lo transitorio, de lo
sobrenatural en lo natural.
Pero diametral y tenazmente opuesto al misterio de la piedad, está el segundo misterio: EL MISTERIO DE LA INIQUIDAD.
“Porque ya está en acción el misterio de la iniquidad; sólo que hay
quien al presente lo detiene, hasta que él a su vez sea quitado de en
medio. Y entonces se manifestará aquel inicuo, a quien el Señor matará
con el espíritu de su boca, y destruirá con el resplandor de su venida;
inicuo cuyo advenimiento es por obra de Satanás, con gran poder y
señales y prodigios mentirosos, y con todo engaño de iniquidad para los
que se pierden, por cuanto no recibieron el amor de la verdad para ser
salvos. Por esto Dios les envía un poder engañoso, para que crean la
mentira, a fin de que sean condenados todos los que no creyeron a la
verdad, sino que se complacieron con la injusticia.” (2 Tesalonicenses
2:7-12).
Por estos versículos es igualmente fácil entender que el misterio de la
iniquidad es la manifestación, plenitud y destrucción del “hombre de
pecado”, el Anticristo.
La personificación del diablo en el Anticristo.
La presencia del espíritu del diablo en el Anticristo.
La participación de los demonios en el Anticristo.
La propaganda engañosa en favor del Anticristo.
La perdición y condenación de los seguidores del Anticristo.
La destrucción y la ruina del Anticristo.
Amados, el misterio de la piedad continua trabajando para la salvación y
la dicha eterna del hombre, pero a la vez, y especialmente en estos
postreros días, el misterio de la iniquidad trabaja incansablemente para
la manifestación del “hijo de perdición”, el Anticristo, para la
perdición del hombre.
El misterio de la iniquidad está trabajando activamente en lo político,
en lo económico, en lo social, en lo moral, en lo familiar, en lo
religioso, dando los toques finales al escenario de la historia, para
que haga su aparición el Anticristo, aquel “inicuo cuyo advenimiento es
por obra de Satanás”.
La Palabra de Dios describe los postreros días, los días de la
aparición del Anticristo, como los días de Noé, cuando serían amadores
de lo malo, cuando se amasarían grandes riquezas corrompidas, cuando
muchos apostatarían de la fe, y habría muchas doctrinas de demonios,
espíritus de error y falsos Cristos. Cuando habría frecuentemente
terremotos, hambre, pestilencias, guerras y revoluciones. Cuando la
ciencia sería multiplicada y los judíos regresarían a Palestina.
Todo esto se está cumplido en nuestros días, y positivamente, estamos
viviendo en los “postreros días”. La Palabra de Dios lo afirma, el
Espíritu lo reafirma y la historia moderna lo confirma.
Vamos a dar lectura a algunos párrafos de un artículo que circuló profusamente en todo el mundo, años atrás, citamos:
“Ante la crisis de principios de 1974, el Dr. Hanrick Eldeman, analista
principal de la Confederación del Mercado Común Europeo, anunció desde
Bruselas, Bélgica, que como resultado del caos mundial se está ya en
preparación un plan de restauración computado electrónicamente. En la
reunión sobre la crisis, a la cual asistieron científicos, consejeros y
líderes de la Confederación del Mercado Común. El Dr. Eldeman, le quitó
el velo e inauguró “La Bestia”. La Bestia, es una computadora gigantesca
que ocupa tres pisos del edificio de administración de las oficinas
centrales del Mercado Común, este monstruo es una unidad que se auto
programa con más de cien fuentes sensorias de entrada.
Los expertos en computadoras han estado elaborando un plan para
computar electrónicamente todo el comercio mundial, este plan maestro
contempla un sistema numeral para todo habitante de toda la tierra. La
computadora designaría un número a cada ciudadano del mundo, este número
se usaría en toda compra y venta; el número sería invisible, tatuado
con rayos laser sobre la frente o sobre el dorso de la mano, proveyendo
así un sistema de tarjetas de crédito ambulante; el número sería visible
con examinadores infrarrojos que serían colocados en todo lugar de
negocios. Este podrá convertirse en un instrumento de paz o en el arma
de un dictador. Cuando se le preguntó a uno de los líderes del Mercado
Común Europeo, lo que sucedería si alguien objetara al sistema y
rehusara cooperar, replicó categóricamente: tendríamos que usar la
fuerza para hacerlo conformarse a los requerimientos.
Henry Spark, planificador del Mercado Común Europeo y secretario
general de la OTAN, la Organización del Tratado del Atlántico Norte, en
el año 1974, declaró en un uno de sus discursos: No queremos otro
comité, ya tenemos demasiados comités. Lo que necesitamos es un hombre
de suficiente estatura, para contar con la lealtad de todos y para
levantarlos del fango económico, en el que nos estamos hundiendo, si
este hombre lo envía Dios o si lo envía el diablo lo recibiremos.” Hasta
aquí la cita.
Si amados, el misterio de la iniquidad está adelantando continuamente.
El mundo está pidiendo al Anticristo, todo está listo para la
manifestación de aquel inicuo que vendrá por operación de Satanás.
Dice la Biblia: “Ya está en acción (operando) el misterio de la
iniquidad; sólo que hay quien al presente lo detiene”, que es el
Espíritu Santo y la Iglesia. Y cuando el Espíritu Santo y la Iglesia
sean quitados, “entonces se manifestará aquel inicuo”.
El ministerio de iniquidad con el Anticristo es el plan diabólico en
contra del ministerio de la piedad con Cristo. Veamos algunos
contrastes:
Cristo descendió del Cielo (Juan 6:38); el Anticristo sube del abismo
(Apocalipsis 11:7). Cristo vino en nombre del Padre (Juan 5:43); el
Anticristo viene en su propio nombre (Juan 5:43). Cristo se humilló así
mismo (Filipenses 2:8), el Anticristo se exalta a sí mismo (2
Tesalonicenses 2:4). Cristo fue desechado (Isaías 53:3; Lucas 23:18); el
Anticristo será admirado (Apocalipsis 13:3, 4). Cristo le exaltó Dios
hasta lo sumo (Filipenses 2:9); el Anticristo será lanzado al lago de
fuego (Apocalipsis 19:20). Cristo hizo la voluntad del Padre (Juan
6:38); el Anticristo hace su propia voluntad (Daniel 11:36). Cristo vino
a salvar (Lucas 19:10); el Anticristo viene a destruir (Daniel 8:24).
Cristo es el Buen Pastor (Juan 10:4-15); el Anticristo es el pastor vil
(Zacarías 11:16, 17). Cristo es la Vid Verdadera (Juan 15:1); el
Anticristo es la vendimia de la tierra (Apocalipsis 14:18). Cristo es la
Verdad (Juan 14:6); el Anticristo es la mentira (2 Tesalonicenses
2:11). Cristo es Santo (Marcos 1:24); el Anticristo es inicuo (2
Tesalonicenses 2:8). Cristo es Varón de Dolores (Isaías 53:3); el
Anticristo es el hombre de pecado (2 Tesalonicenses 2:3).Cristo es el
Hijo de Dios (Lucas 1:35); el Anticristo es el hijo de perdición (2
Tesalonicenses 2:3). Cristo es el Misterio de la Piedad (1 Timoteo
3:16); el Anticristo es el misterio de la iniquidad (2 Tesalonicenses
2:7).
De la manera que en el desarrollo del MISTERIO DE LA PIEDAD, Jesús
nació y vivió en el mundo treinta años sin manifestarse como el Cristo;
en el desarrollo del MISTERIO DE LA INIQUIDAD es posible que ya esté
viviendo en el mundo el Anticristo, pero que aun no se haya manifestado.
Amados, el Misterio de la Iniquidad trabaja febrilmente, y avanza a
pasos gigantescos, en estos postreros días. Aun países latinoamericanos
están cayendo bajo la influencia del materialismo ateo, el misterio de
la iniquidad.
Amados, positivamente, estamos viviendo los días del fin. “Pero acerca
de los tiempos y de las ocasiones, no tenéis necesidad, hermanos, de yo
os escriba. Porque vosotros sabéis perfectamente que el día del Señor
vendrá así como ladrón en la noche; que cuando digan Paz y seguridad,
entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina, como los dolores a la
mujer encinta, y no escaparán. Mas vosotros, hermanos, no estáis en
tinieblas, para que aquel día os sorprenda como ladrón. Porque todos
vosotros sois hijos de luz e hijos del día; no somos de la noche ni de
las tinieblas. Por tanto, no durmamos como los demás, sino velemos y
seamos sobrios. Pues los que duermen, de noche duermen, y los que se
embriagan, de noche se embriagan. Pero nosotros, que somos del día,
seamos sobrios, habiéndonos vestido con la coraza de fe y de amor, y con
la esperanza de salvación como yelmo. Porque no nos ha puesto Dios para
ira, sino para alcanzar salvación por medio de nuestro Señor
Jesucristo, quien murió por nosotros para que ya sea que velemos, o que
durmamos, vivamos juntamente con Él. Por lo cual, animaos unos a otros, y
edificaos unos a otros, así como lo hacéis.” (1 Tesalonicenses 5:1-11).
¡Trabajemos por Cristo, para que no nos sorprenda el Anticristo!
¡Impulsemos el misterio de la piedad para que no nos envuelva el
misterio de la iniquidad!
Amigo, si quieres verte libre de los poderes infernales que operan
activamente en el mundo, refúgiate en Cristo, acepta a Jesucristo como
tu gran Salvador. Amén.
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