Recibisteis la palabra de Dios… no como palabra de hombres, sino según es en verdad, la palabra de Dios, la cual actúa en vosotros los creyentes. – 1 Tesalonicenses 2:13.
• Tomad… la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios. – Efesios 6:17
El 17 de enero de 2005 la navegante francesa Maud Fontenoy salió del puerto peruano de Callao para atravesar, remando sola, el Pacífico. Es decir, navegó 8.000 km hasta Polinesia. Preparó cuidadosamente su equipaje y sólo tomó consigo cuatro libros, entre los cuales estaba el de Heyerdahl (explorador noruego), quien en 1947 hizo el mismo recorrido en una balsa con una pequeña vela.
¿Qué libro va a escoger usted para el viaje de su vida? ¿Un libro de historia, de geografía o el Libro de los libros? ¿Cuál es ese libro único que proporciona una completa información en cuánto a las cosas espirituales? Es un libro que esclarece las preguntas esenciales, que posee una sabiduría tal que cierra la boca a todo contradictor.
¿Cuál es ese libro que responde a cada pregunta? Es uno que revela la gracia de Dios, que da la paz de la conciencia, el consuelo en los momentos difíciles (Salmo 119:50). Es la Biblia, la Palabra de Dios, la plena revelación de los pensamientos de Dios por medio de Jesucristo. Ella ilumina nuestro andar aquí en la tierra (Salmo 119:105) y nos asegura que pronto estaremos eternamente con Jesucristo en el cielo (1 Tesalonicenses 4:15-18). Es la “espada del Espíritu… la Palabra de Dios”. ¡Tan pronto como la leamos nos daremos cuenta de que es imprescindible! No perdamos nuestro tiempo buscando en otro sitio.
Fuente: Amen
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