lunes, 9 de abril de 2012

La seguridad



El que habita al abrigo del Altísimo morará bajo la sombra del Omnipotente.Salmo 91:1.
Fuiste fortaleza al pobre, fortaleza al menesteroso en su aflicción, refugio contra el turbión, sombra contra el calor.Isaías 25:4.

Tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo.Romanos 5:1


La seguridad, palabra clave en las campañas políticas, preocupación internacional de mayor importancia y desafío comercial, es la prioridad de nuestra época, sencillamente porque nadie está seguro en ningún sitio. La delincuencia en todos los ámbitos está presente. Tanto en la ciudad como en el campo, ricos o pobres, jóvenes o viejos,
¿Quién está a salvo de esos peligros? ¿Qué nación no teme las guerras, las hambrunas y las catástrofes? Esta inseguridad constante crea al hombre ansiedad. Se pregunta: aunque ponga candados y alarmas, ¿Estaré a salvo de los ladrones? ¿El futuro será mejor gracias a las leyes de seguridad?
Dios dice: “Cuando digan: Paz y seguridad, entonces vendrá sobre ellos destrucción repentina… y no escaparán” (1 Tesalonicenses 5:3). Un mundo que rechaza a Dios vive lógicamente en la inseguridad y la ansiedad. Sólo hay una solución: creer en Jesús a fin de obtener la paz con Dios y descansar en la fidelidad y en la fuerza del Señor, poniendo en sus manos nuestra propia vida y la de los nuestros.
Él quiere ser para nosotros una fortaleza secreta y segura, una roca sólida. Sí, solamente en los brazos del Dios de paz, tierno y fuerte, encontraremos una verdadera y eterna seguridad. “No se turbe vuestro corazón; creéis en Dios, creed también en mí”, dice Jesús (Juan 14:1).
Fuente: Amen

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