lunes, 23 de abril de 2012

La Cámara secreta

Lo que os digo en tinieblas, decidlo en la luz. Mateo 10:27.

La gente tiene ciertas necesidades que son tremendamente profundas. El poeta Alfred Tennyson dijo: “Nunca la mañana se redujo a ser noche, pero algunas ciertamente destruyeron el corazón”.
A veces, nos encontramos conversando con amigos angustiados y tal vez sentimos que tenemos una necesidad imperiosa de saber qué decir. ¿Cómo podemos “saber hablar palabras al cansado”, como declara Isaías 50:4?

Decirles a las personas lo que los maestros humanos no han enseñado puede producir cierto impacto en ellas. No obstante, las palabras más útiles y convincentes las dicen aquellos que son enseñados por el Señor mismo.

Por esta razón, es esencial que nos sentemos a los pies de Jesús y aprendamos de Él. Cuanto más recibimos de Él, tanto más tenemos para ofrecer a los demás. George MacDonald describe este tiempo con el Señor como tener “una cámara en Dios mismo”.

Luego continúa diciendo: “Fuera de (esta) cámara (…) el hombre debe brindar enseñanza y fortaleza a sus hermanos. Para esto fue hecho”. Es mediante el estudio, la lectura y la meditación bíblica cuidadosa y acompañada de oración que Dios nos habla al corazón.

Él nos da “lengua de sabios” (Isaías 50:4) a fin de que tengamos algo para compartir con aquellos que están sumidos en la desesperación.

Pensamiento de hoy: Escucha el corazón de Dios y luego háblales a los demás desde el tuyo.

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