martes, 22 de mayo de 2012

La Obra en el Perú más firme que nunca


El domingo último se dio por concluido la XXII Convención Nacional  del MMM en el Perú – 2012, con más de 70 mil almas presentes y miles de televidentes de Bethel en sus tres plataformas, que se sumaron a la larga lista de redimidos que disfrutaron de esta fiesta espiritual de carácter internacional.

 Después de recibir el mensaje de Dios, en boca del Rev. Enrique Centeno por la tarde y la promoción de obreros. En aquel último día, el estadio de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos se vio colmado de fieles por el día.

  Por la noche la expectativa fue aún mayor, ya que al avanzar el devocional, los cantos y coros de alabanza; los presentes fueron testigos del desfile de todas las delegaciones con que cuenta la obra del MMM en el Perú. Todo ello, sirvió para evidenciar el avance de la iglesia del Señor en pro del bienestar y desarrollo de esta nación en esta parte del continente sudamericano, como así lo reconocieron los oficiales internacionales.

  Después de presenciar este acto, se procedió a escuchar el último mensaje de la Palabra del Señor por el Vicepresidente de la Obra, Rev. José Soto; quien con su sermón titulado: “El quebrantamiento del poder del enemigo”, basado en el relato bíblico del hombre Gadareno, dio una enseñanza clara de cómo el poder del Altísimo puede alterar cualquier obra maligna que se interponga en la vida del hombre.

  Debido a ello, miles de almas deseosas de vencer las huestes satánicas y deshacerse de los yugos de esclavitud, pasaron adelante y postraron sus corazones para que la virtud divina proceda y los cubra de todo ataque contrario.

  Es así, que tras meses de anticipación coordinada, culminó este trascendental evento que cada año tiene como objetivo evangelizar el mundo entero y dejando una profunda huella en las conciencias de miles de personas. Que, a pesar de los últimos avances que acondicionen la calidad de vida del hombre, no reparan el desasosiego y la ansiedad por un futuro incierto que sólo y únicamente se soluciona alabando a Dios, que cambia todas las cosas.

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