miércoles, 23 de mayo de 2012

Historia de nuestros Himnos (7)


Bellas melodías compuestas por hombres y mujeres de Dios. Se nota en su música y letra la inspiración divina de nuestro Creador.

WILLIAM J. KIRKPATRICK (1838-1921)

Desde muy joven William sintió vocación por la música, y a los veintiún años de edad ya había editado su primera colección de himnos. Sin embargo, no fue sino hasta cumplir los cuarenta años que pudo dedicarle todo su tiempo a la profesión musical. Tuvo que prestar servicio militar, y luego trabajó como carpintero, y abrió una mueblería. Seguramente cantaba mientras pulía madera, y las melodías que compuso a lo largo de su vida han perdurado como favoritas.

Compuso la música de los himnos: "Al rústico pesebre", "El fiel Consolador", "La Palabra del Señor", "Nuestra vida acabará" al cual también es autor de la letra, "Comprado con sangre por Cristo", "Un gran Salvador es Jesús", "Mi fe descansa en Jesús", "Cuán dulce es confiar en Cristo", "Que mi vida entera esté" y "Rey de mi vida".

Falleció mientras escribía la segunda estrofa de un himno que habla de confiar solamente en Jesús para la salvación.

EUGENIO JORDÁN (1920-1990)

Eugenio y sus nueve hermanos crecieron en el mundo de las bellas artes. Optó por dedicarse al violín y a la marimba. A los veinte años estaba tocando en una banda de jazz, sin interés en nada espiritual. Sin embargo, aceptó la invitación de asistir a una reunión en una iglesia y como consecuencia, Dios lo transformó. Eugenio entendió inmediatamente que el Señor lo estaba llamando a ser misionero.

Resistía el llamado, pues había nacido con un defecto que le dificultaba hablar. Pero al ver la respuesta de Dios a Moisés en Éxodo 3:4 y 4:10-12, Eugenio dijo: "Heme aquí, Señor". Fue el comienzo de una vida de ministerio junto con su esposa, Ruth. Este se extendió por varios países, mayormente con la emisora HCJB en el Ecuador. Se les recuerda por su deseo de glorificar al Señor con su música, compartiendo las Buenas Nuevas gozosamente. Arregló la música de los himnos "Celebremos su gloria", "Jesús es la roca de mi salvación" y "Oh, qué inmenso amor".

VICENTE MENDOZA P. (1875-1955)

Hijo de un tipógrafo evangélico, Vicente empezó a trabajar en las imprentas desde los once años. Más tarde decidió asistir a un instituto bíblico, y después sirvió al Señor como pastor itinerante en el Estado de Puebla, México.

Desde sus días de estudiante había comenzado a traducir himnos al español y a escribir la música y letra para otros, hasta llegar a tener más de 300. Publicó el himnario, Himnos Selectos, en 10 ediciones. Contó que su himno, "Jesús es mi Rey soberano", fue inspirado durante un fuerte aguacero. Como no pudo salir a la calle, empezó a tocar el piano. Pensando en la maravillosa verdad que Jesucristo es a la vez Rey soberano y amigo anhelando, trazó las líneas del precioso himno, y lo terminó ese mismo día.

Llegó a ser profesor de un seminario evangélico y ayudó en la Obra del Señor con verdadero gozo hasta la edad de 80 años. Tradujo los himnos "Loor a ti", "Maestro se encrespan las aguas", "El fiel Consolador", "Santo Espíritu controla", "¡Cuán firme cimiento!", "Todas las promesas", "Cuán glorioso es el cambio", "A su Nombre gloria", "Del santo amor de Cristo", "¡Cuán dulce es confiar en Cristo!", "Que mi vida entera esté", "Dejo al mundo y sigo a Cristo", "A solas al huerto yo voy", "En presencia estar de Cristo", "Gloria sin fin" y "Después de haber tenido aquí" y compuso los himnos "Oh padre, eterno Dios" y "Mensajeros del Maestro".

SUBLIME GRACIA

El autor "Sublime Gracia" sabía de que escribía. Solo la gracia divina lo pudo cambiar de un hombre duro y degenerado a un siervo útil de Dios. John Newton perdió a su madre piadosa cuando era niño y no siguió su ejemplo de fe. Comenzó una vida de marinero a los once años, y con el tiempo, se dedicó a transportar esclavos del África. Cayó en una situación desesperante debido a los vicios, y en varias ocasiones Dios le libró milagrosamente de peligros. A pesar de ello, Newton seguía resistiendo el llamado del Señor. Por fin, después de casi naufragar en una tempestad, se convirtió y su vida cambió radicalmente. Llegó a ser pastor, y escribió este himno como testimonio de la asombrosa gracia de Dios demostrada en su vida.

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