sábado, 26 de mayo de 2012

Historia de nuestros Himnos (8)

 
Bellas melodías compuestas por hombres y mujeres de Dios. Se nota en su música y letra la inspiración divina de nuestro Creador.
CAROLINA SANDELL BERG (1832-1903)
A los doce años Carolina se quedó paralítica. Los médicos la desahuciaron, pero Dios la sanó milagrosamente. Agradecida con el Señor, escribió sus primeros himnos, entre ellos el "Nuestro Dios y Padre Eterno".
La tragedia no la había abandonado. A la edad de 26 años navegaba con su padre, un fiel pastor, en un lago de Suecia. Las olas sacudieron violentamente la nave y su padre cayó en las profundas aguas, ahogándose ante los ojos atónitos de Carolina. Su consuelo vino de nuevo por la Palabra de Dios, y lo expresó en muchos hermosos himnos.
Además, redactó una colección anual de poesías, devocionales e historias. Entre ellas se halla el cuento de un reloj cuyo péndulo se quejó de tener que oscilar 86,400 veces al día. Una de las manecillas le sugirió que pensara en hacer una sola oscilación en vez de miles. El péndulo se percató de la sabiduría del consejo y reinició su trabajo de marcapasos. Carolina expresó esa verdad en el himno "Día en día", que es el más popular de los 650 himnos que escribiera la poetisa sueca.
ROBERTO C. SAVAGE (1914-1987)
Roberto Savage sirvió como misionero en Colombia antes de trasladarse a Quito, Ecuador. Allí trabajó durante 25 años en la radio HCJB como locutor, escritor, promotor y administrador. Se le recuerda por su sonrisa y entusiasmo. Recolectó himnos y coros, muchos de ellos inéditos, y compiló 15 cancioneros evangélicos de la serie "Adelante Juventud". En estos se dieron a conocer las composiciones de personas como Alfredo Colom y Juan Isáis.
Quizá su obra mayor fue la publicación de himnos de Fe y Alabanza, en 1966. Durante todo su ministerio trató de estimular la creación de nueva música cristiana latinoamericana. Entre los varios himnos que tradujo al español se encuentra "Alabad al gran Rey". Tradujo y/o arregló los himnos "Oh ven, bendito Emanuel", "Venid Pastores", "Hoy es Navidad", "Grande amor, sublime eterno", "La mujer samaritana", "Jesús el buen Pastor", "Gloria a tu nombre", "Tierra bendita y divina", "Fue de Dios la santa voluntad", "Manos cariñosas", "Yo vivo Señor", "Hay una senda que el mundo no conoce", "Me salvó, me perdonó", "Canten con alegría", "Los que esperan en Jehová", "Si fui motivo de dolor", "La vid y los pámpanos", "Cautívame Señor", "He decidido seguir a Cristo", "Firme estaré", "Después de la tormenta", "Nuevas alegres para decirles", "¿Has oído, Señor?", "Gloria, gloria, aleluya", "A la victoria Jesús nos llama", "Viene otra vez", "Cuán gloriosa será la mañana", "Más allá del sol", "Jesús me ama"," Proclamad juventud redimida" y "América será para Cristo". Compuso además los himnos "Resucitó Jesús" y "Yo quiero vencer".
LOORES DAD A CRISTO EL REY
En la India un pastor viajaba en cierta ocasión para predicar por primera vez a una tribu indígena. ¡Cuál no sería su asombro al encontrarse de repente rodeado por guerreros que le apuntaban con sus flechas y lanzas! No sabiendo qué hacer, abrió el estuche de su violín y comenzó a tocar y cantar "Loores dad a Cristo el Rey". Al cantar la cuarta estrofa, Robert Scott se dio cuenta que los guerreros habían bajado sus peligrosas armas y se acercaban amistosamente. Le recibieron en la tribu donde pronto aceptaron también el mensaje de salvación. Tienen así derecho de estar un día "con los que estarán del trono en derredor", de todas naciones, tribus, pueblos, y lenguas, cantando por la eternidad a Cristo el Salvador.
GEORGE P. SIMMONDS (1890-1991)
A los cuatro años, Jorge ya cantaba himnos con gran devoción y entusiasmo. Cuando tenía diez años sintió el llamado a ser misionero. Conservó su amor al Señor y por la música a lo largo de su vida. Tan es así, que después de cumplir los cien años de edad aún cantaba solo en grandes reuniones, y por televisión.
Empezó su obra como misionero, juntamente con su esposa, Nessie, en el Ecuador. Luego exploró el área del Amazonas y cruzó el continente. Colaboró en la compilación de "Himnos de la Vida Cristiana". También trabajó con las Sociedades Bíblicas en varios países sudamericanos. Después sirvió como pastor de unas iglesias hispanas en los Estados Unidos de América. Fue un prolifero traductor de 800 himnos y cantos corales. Usó algunos seudónimos como G. Paúl S. y J. Pablo Simón.
Tradujo los himnos "Al Dios de Abraham, loor", "Jubilosos te adoramos", "Ángeles cantando están", "Oh Cristo, nuestra Roca aquí", "Cristo cual pastor", "Gracia admirable", "Dime la historia de Cristo", "Cabeza ensangrentada", "Junto a la cruz de Cristo", "Un día", "La tumba le encerró", "Al Cristo vivo sirvo", "Oh Verbo encarnado"," Años mi alma en vanidad vivió", "Oh Cristo, yo te amo", "Cristo es Guía de mi vida", "Rey de mi vida", "Sale a la lucha", "Pudiera bien ser", "Yo podré reconocerle", "Honor a las madres" y "Tu pueblo jubiloso" y compuso el himno "Los que somos bautizados".
ENRIQUE S. TURRALL (1867-1953)
Desde el comienzo de su ministerio en España, don Enrique se dio cuenta de la gran necesidad de tener himnos que expresaran las experiencias emocionales de la vida, tales como el arrepentimiento, el gozo, los conflictos y el amor.
 Escribió y tradujo himnos para funerales, bodas y otras ocasiones especiales. La colección aumentó hasta merecerse ser publicada como el himnario, Cánticos Evangélicos. Además de sus himnos, Turrall nos ha dejado el reto de llenar vacíos con música nueva que glorifique al Señor. Compuso los himnos "La Palabra del Señor predicar", "Del amor divino", "Engrandecido sea Dios" y "Bienvenido" y tradujo los himnos "Nuestra vida acabará", "Jehová es mi Pastor", "Siempre conmigo está", "Avívanos, Señor", "En las aguas de la muerte", "¡A combatir!", "¡Adelante con valor!", "¿Soy yo soldado de Jesús?"
TOMAS M. WESTRUP (1837-1909)
Hace más de un siglo la familia Westrup salió de Londres y radicó en México, cuando Tomás cumplía apenas quince años. Construyeron un molino para elaborar harina de pan; pero hoy se recuerdan porque llegaron a conocer el "pan espiritual" de que habla Cristo en Mateo 4:4. En Monterrey entendieron el mensaje de la Biblia, y pronto cada uno pudo testificar: "Ya pertenezco solo a ti, Cordero de Dios, heme aquí". Son las palabras del himno "Tal como soy", que Tomás tradujo del inglés. Tanto él como su hijo, Enrique, fueron usados por Dios para escribir y traducir centenares de himnos. Consiguieron una imprenta y publicaron libros, tratados y un himnario de tres volúmenes: Incienso Cristiano.
Tradujo los himnos "Cariñoso Salvador", "Loores dad a Cristo el Rey", "Con voz benigna", "Fuente de la vida eterna", "Tentado no cedas", "No te dé temor", "Roca de la eternidad" y compuso la letra del himno "Dicha grande es la del hombre".

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